Nunca se ha aclarado quién es el autor de esta frase: "Hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas". La popularizó Mark Twain en unas memorias y se ha atribuido a Winston Churchill, como casi todas las frases famosas. Hoy puede adaptarse para describir la portada de El Mundo, que titula con una mentira directa, cosa fácil de comprobar: sólo tienes que leer cualquier otra portada del día. Por ejemplo, la de El Periódico: "Mascarilla obligatoria para los escolares desde los seis años".
¿Es la primera vez que pasa? Claro que no. Ayer, El País hacía lo mismo, aunque se le notaba menos porque tenía más estilo o, para ser más exactos, un estilo más cortesano y administrativo, que contrasta con el trogloditismo cuartelero de su competidor ultra, que también es un estilo: no le quitemos mérito.
Bien. Hoy el órgano oficial del oficialismo progre, sin embargo, ya respira tranquilo: ayer había "17 maneras de llevar puesta la mascarilla o de ventilar las aulas", una por autonomía, y hoy sólo hay una, que es la que han acordado los consejeros de educación con la ministra del ramo. Qué descanso, oye, que se haya unificado la manera de vestir la mascarilla y ventilar las aulas. Es que ni dormir podían de la desazón. Unidad, unidad. Unidad de destino en la mascarilla y en la ventilación de las aulas.
Atención a la ministra
Un detalle más, que no debe pasarte desapercibido hoy y que harás bien en recordar en días venideros. También en El Mundo, destacan en portada que el Ministerio de Defensa "formó en 5 semanas a 5.000 rastreadores con virología y técnicas de interrogatorio". El tema no es la conflictiva gramática del titular: ya se entiende que quiere decir "en virología y técnicas de interrogatorio". Un mal día lo tiene cualquiera. El tema es que desde hace semanas, la titular de la cosa, la exjueza Margarita Robles Fernández, es alabada, promovida y enaltecida en las portadas de ese diario y compañeros de la tuna mediática de la derecha. Porque habla a favor de Pérez de los Cobos. Porque califica la mesa de negociación de "juegos florales". Porque envía a los soldados de la UME a desfinfectar aeropuertos y residencias de mayores. Etcétera.
En las páginas de estos mismos diarios se ha hecho flotar desde principio de año la idea de que Robles sería una magnífica alternativa a Pedro Sánchez para presidir un gobierno de "unidad nacional", que permitiría expulsar a Podemos y a los indepes a las tinieblas exteriores y salvar a España de la destrucción, bla, bla, bla. Que nadie se alarme, pero uno de los que ayer elogió la iniciativa de los militares rastreadores es Javier Solana, y lo hizo en términos que, si te dicen que el tuit lo ha escrito Santiago Abascal, te lo crees:
El ejército ayudando en el coronavirus, es una continuación de la tarea de la Unidad Militar de Emergencia UME que tan querida y respetada es entre los españoles. Lo hicieron en la primera ola y lo harán muy bien ahora.
— Javier Solana (@javiersolana) Augusto 27, 2020
Eso. Sin nervios ni histerias, atención a Margarita Robles y a los diarios de la derecha mediática, que nunca dan puntada sin hilo. Cuando menos, porque así nos distraemos todos un poco, que buena falta hace. Es esto o el culebrón Barto-Messi en el Barça.
