Por quinto año consecutivo los catalanes saldrán hoy a la calle para reivindicar el proceso independentista. Este año, sin embargo, no será una Diada más. Este Onze de Setembre marcará el pistoletazo de salida del curso político que tendrá que recorrer el último tramo previsto en la hoja de ruta. En los próximos meses, corresponderá tanto a la política catalana como a la española desvanecer muchas dudas que resultarán determinantes.

Después de la Diada en el Passeig de Gràcia de Barcelona (2012), la Vía Catalana que unió La Sènia con El Portús (2013), la V de la Diagonal (2014) y el puntero que recorrió la Meridiana (2015), este año la manifestación organizada por el ANC y Òmnium ha apostado para repartirse por el territorio y hacer convocatorias también en Salt, Berga, Tarragona y Lleida.

Por primera vez esta Diada, que se produce justo cuando el Govern y el Parlament enfilan el tramo final de la hoja de ruta independentista, contará con la participación de un presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. El jefe del Ejecutivo, que había tomado parte en todas las anteriores convocatorias como alcalde de Girona y que desde que ocupa la presidencia ha asumido un fuerte protagonismo en el liderazgo del proceso, estará presente en la concentración de Salt (Gironès).

Forcadell y Colau

También será la primera vez que participa una presidenta del Parlament, Carme Forcadell. La que desde el 2012 fue uno de los rostros visibles junto con Muriel Casals de la reivindicación independentista en la calle, participará este año como presidenta de la Cámara catalana. Lo hará señalada por el Tribunal Constitucional por un incidente de ejecución de sentencia y con la amenaza de un proceso penal a raíz de la votación de las conclusiones de la comisión de estudio del proceso constituyente ante el pleno. Forcadell participará en la concentración de Tarragona.

En Barcelona se sumará a la Diada, igualmente por primera vez, la alcaldesa Ada Colau. La líder de En Comú Podem estará al frente de la manifestación a pesar de preservar un discurso que le permite cobijarse bajo la reivindicación de un referéndum acordado con el Estado y evitar comprometer el apoyo a la hoja de ruta. No obstante, los independentistas son conscientes del empuje electoral de Colau y de la importancia de su presencia en la manifestación.

Tensión en JxSí

También en la capital catalana desfilará el vicepresident, Oriol Junqueras, y el expresident Artur Mas. Los socios de JxSí han vivido las últimas horas un episodio de tensión por la exclusión del Partit Demòcrata del acto de conmemoración de los 40 años de la Diada de Sant Boi, que los republicanos compartieron el viernes con la CUP y Podem. Tras este gesto, el PDC intuye la "tentación" de ERC de reeditar el tripartito.

Es uno más de los frentes abiertos que asedian al PDC que todavía no ha conseguido registrarse como partido ante el Ministerio del Interior. El ministerio que encabeza Jorge Fernández Díaz alega que ya existen otras formaciones con la palabra Demócrata y que, además, los estatutos del partido, que no descartan la vía unilateral para conseguir la independencia, podrían entra en colisión con la ley de Partidos que fija que los principios de las formaciones políticas tienen que ajustarse a la Constitución.

Presupuestos

No obstante, a pesar de las chispas surgidas dentro de JxSí, la tensión en el Parlament se concentra en estos momentos entre republicanos y cupaires. Puigdemont ha acordado con la CUP el voto a la cuestión de confianza a que se tendrá que someter el día 28 ante el pleno, pero los cupaires no han garantizado els apoyo a los presupuestos, y el departamento de Economía, que encabeza Junqueras, no esconde la inquietud por esta situación.

El vicepresident recuerda en una entrevista hoy a El Nacional que la confianza se rompió por la negativa de la CUP a apoyar los presupuestos el pasado mes de junio y reclama ahora un acuerdo que incluya la cuestión de confianza pero también el debate de política general y las cuentas del Govern. Junqueras exige la estabilidad parlamentaria para garantizar el funcionamiento de la legislatura hasta que se aprueben las leyes de desconexión.

Hoja de ruta

El calendario de la legislatura se consume y la hoja de ruta avanza. La previsión es que antes del verano se aprueben las leyes de desconexión, incluida la ley de transitoriedad jurídica, que marca la ruptura con la legalidad española, y el choque final con el Estado.

A partir de aquí, las formaciones independentistas tendrán que decidir si siguen los acuerdos cerrados en la hoja de ruta, convocando elecciones y un referéndum para ratificar la nueva constitución, o bien un referéndum de independencia y, a continuación, elecciones.

Estado español

Todo mientras el Gobierno español sigue en funciones y con la amenaza de unas terceras elecciones ante la incapacidad de investir presidente. En este contexto, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Maragallo admitía esta semana a su homólogo en el Vaticano la posibilidad de que Catalunya optara por sacar adelante una declaración unilateral de independencia.

Como los últimos cuatro años a las 17,14, la Diada hará sentir su latido por las calles de Catalunya, pero con el convencimiento de que con tantas incógnitas abiertas el Onze de Setembre próximo tendrá sin duda un escenario bien diferente. La cuestión es en qué sentido.