España ha enviado a Rumanía a un contingente de 130 militares españoles sin vacunar contra la Covid-19, violando así los protocolos de la OTAN sobre el desplazamiento de militares. En plena polémica por la vacunación de altos mandos, por los que ha dimitido el JEMAD Villarroya, el ministerio de Defensa decidió mantener el operativo pese a no haber vacunado a los soldados con el argumento que no había tiempo de suministrarles la segunda vacuna. Además, según informa la agencia Efe, el gobierno español habría traspasado la responsabilidad de la vacuna a la misma OTAN, con la esperanza que sean vacunados una vez llegados a destino.

Los militares desplazados forman parte del operativo de la Alianza Atlántica en varios países fronterizos con Rusia entre los cuales se incluyen los enviados a Letonia como contrapartida al abandono del apoyo de las repúblicas bálticas al independentismo catalán. Además de los más de 350 que ya se encuentran en Letonia, donde la semana pasada al menos 40 de ellos habían dado positivo por Covid, esta es la primera vez que se desplazan efectivos a Rumania, en concreto un contingente de 130 militares, que han viajado en tres tandas. El último grupo y el más numeroso aterrizó el martes y a ninguno de los militares se le ha administrado la vacuna de la Covid.

¿Ya los vacunarán allí?

El mismo Ministerio de Defensa, citado por Efe, ha asegurado que la razón de no haber sido vacunados con anterioridad es la de no disponer del tiempo preceptivo, tres semanas, para inyectar la segunda dosis antes del despliegue. Las mismas fuentes de Defensa han indicado que la OTAN conocía esta circunstancia y confían en que, al ser personal de la Alianza, los aliados de Estados Unidos les pongan allí la vacuna.

Los militares desplazados a Rumanía acompañan a seis cazas del Ejército del Aire español que se desplegarán en el espacio aéreo rumano y tienen previsto quedarse ahí por espacio de dos meses.

La misión Policía Aérea del Báltico comenzó en 2004 tras el ingreso en la OTAN de las tres repúblicas bálticas, enmarcada en el esfuerzo colectivo para vigilar la ampliación del espacio aéreo de la Alianza, dadas las dificultades para los nuevos países miembros de asumir por sí solos esa responsabilidad. La participación española se incrementó desmesuradamente en 2017 tras un cambio de posicionamiento del gobierno letón, que retiró su apoyo oficial al soberanismo catalán. Ahora la misión incluye también a Rumanía, un país muy alejado de las costas bálticas.

 

Imagen principal: Militares españoles en el cuartel del Bruc, en Barcelona / ACN