Los nervios que han puesto de manifiesto el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro, Jean Castex, un hecho inusual en la política francesa, ha coincidido con un número de contagios récord en el país. Este miércoles ha sido desastroso y se han registrado 332.000 contagios de covid en un solo día, que representan un 20% más que el día anterior cuando se habían detectado 272 000 casos. El diario Le Monde ha subrayado que estas cifras "no tienen precedentes".

Aunque la variante ómicron no es en principio tan grave como la delta, este alto número de contagios trae problemas a la Sanidad francesa porque presiona los hospitales, ya que un porcentaje de los enfermos acaba necesitando atención médica.

Hoy han ingresado 2.500 enfermos nuevos en los hospitales franceses, de los que unos 400 están en cuidados intensivos, y el número de entradas es muy superior al de salidas. También se han registrado hoy 246 muertes.

Los que no se quieren vacunar

 

Francia tiene problemas con la vacunación que, según algunos medios, explican lo que está pasando en el país y la desazón de las instituciones. La prensa francesa valora hoy como un éxito que se haya conseguido vacunar por primera vez a 66.000 personas, una cifra que no se igualaba desde el 1 de octubre.

El Gobierno calcula que 5 millones de franceses no han recibido todavía ninguna dosis de vacuna, y que una quinta parte de estos son población de riesgo. En Francia el movimiento negacionista tiene implantación social y es muy combativo contra las decisiones gubernamentales.

Según los datos oficiales, un 78,65% de la población ha recibido la primera dosis, un 76,91% ha recibido la segunda dosis, y solo un 37,97% ha recibido la tercera.

Las zonas menos vacunadas son el distrito de Sena-Saint Denis de París, Marsella, Alpes de la Alta Provenza y la Alta Saboya. La Catalunya Nord está en la media del Estado, y entre los más vacunados está la Bretaña.

La beligerancia del presidente de la República contra los antivacunas ha ido escalando en forma, pero sobre todo en tono. Macron está harto y así lo ha expresado en una entrevista en Le Parisien donde soltó unas declaraciones que han sacudido Francia.

"Queda una pequeña minoría refractaria. ¿Cómo se reduce? Se reduce, perdón por decirlo así, jodiéndoles todavía más. Yo no estoy para fastidiar a los franceses. Tiran pestes todo el día contra la Administración cuando los bloquea. Pues bien, a los no vacunados tengo muchas ganas de joderlos. Y lo seguiremos haciendo hasta el final", declaró.

Toda la entrevista tenía un tono distendido e informal, pero este fragmento ha desatado la rabia de sus adversarios políticos, que lo consideran indigno para el cargo. Sus declaraciones han sido el detonante perfecto para hacer estallar el debate que se estaba teniendo en la Asamblea Nacional (AN), donde se discutía el proyecto de ley del gobierno de Macron que busca sustituir el pasaporte sanitario por un pasaporte de vacunación que limite la vida social de los no vacunados.