Ciudadanos sigue hundiéndose día a día. Después de la derrota electoral que sufrieron a las elecciones municipales y autonómicas del 28-M, que los ha llevado a decidir no presentarse a las elecciones generales del 23-J, el partido solo recibe golpes y decepciones. La deriva del partido se mantiene, tanto es así, que ahora a partir del mes de julio tendrán que abandonar la sede nacional a la calle Alcalà de Madrid-un edificio de seis plantas— para mudarse a la primera planta de un edificio de oficinas de la calle príncipe de Vergara, en el madrileño barrio de Salamanca. Según adelanta el diario ABC, la superficie de la nueva sede es de casi 350 metros cuadrados, cuatro veces más pequeña que el actual, y aunque, no han detallado el precio del alquiler, el diario señala que la media del alquiler en este inmueble es de unos 10.000 euros mensuales, una diferencia considerable de lo que abonaban en la sede original, que se disparaba hasta los 40.000 euros.

Ciudadanos prevé reducir un 50% de la plantilla

El traslado de sede ya estaba en los planes de Ciudadanos ante la bajada de ingresos derivada de las últimas derrotas electorales, que han supuesto una disminución considerable de las subvenciones. Una situación que ya ha obligado a cerrar numerosas sedes en capitales de provincias y hacer "reajustes de plantilla". Los problemas económicos de Ciudadanos también ha obligado a despedir trabajadores, porque de momento, siete de ellos fueron despedidos este jueves, y no quedará aquí, ya que se espera que a partir del lunes más trabajadores tengan que recoger sus pertenencias y abandonar el trabajo. Según el citado diario, Cs espera reducir su plantilla a la mitad y pasar de los alrededores de cincuenta trabajadores a unos veinticinco.

La decisión de no concurrir a las elecciones generales ha generado bastante malestar en algunos sectores del partido, que ha llevado a un enfrentamiento entre los perfiles a más críticos y la ejecutiva del partido. Edmundo Bal, que ya anunció que dejaría la política, es uno de los que ha cargado duramente contra el Comité Permanente y reclama que Cs se presente a los comicios del verano no dejar "huérfanos" a los votantes. El último senador que todavía se mantiene vivo, a Miguel Sánchez, considera que si no se presentan a las elecciones es mejor "bajar la persiana".

Huidas de Ciudadanos

El goteo de bajas en las filas de Ciudadanos viene de lejos, pero todavía se ha acentuado más desde el fracaso electoral del 28-M. El golpe más duro ha sido la rendición de Inés Arrimadas, que dejará la política y descarta formar parte de las listas del Partido Popular para las elecciones generales del 23-J. La candidata que ganó las elecciones catalanas de diciembre de 2017 ha pasado del cielo al infierno en un lustro y ha visto cómo el partido que ha liderado se ha ido hundiendo progresivamente en las urnas desde que Albert Rivera abandonó el barco. Según explicó ella misma, se va orgullosa de haber combatido "el régimen nacionalista" en Catalunya y haber frenado "el golpe de estado de 2017".

La última de estas chaladas bajas ha sido la del portavoz de la formación naranja en el Parlament, Nacho Martín Blanco, que la semana pasada anunció que dejaba el cargo y hace solo tres días anunciaba que se presentaría como número 1 de las listas del PP al 23-J.