El coronel de la Guardia Civil que coordinó el dispositivo del referéndum del 1-ODiego Pérez de los Cobos, negó ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena que ese día hubiera habido violencia policial bajo el argumento de que lo que hubo fueron "actuaciones policiales para cumplir el mandato judicial".

También apuntó ante el tribunal que el major de los Mossos Josep Lluís Trapero fue el responsable de facilitar la votación, según publica hoy La Vanguardia.

Las instrucciones que les había dado el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, eran que "las actuaciones fueran lo más rápidas posible y que no se empleara excesivamente la fuerza en las actuaciones, entre otros motivos, por la seguridad del propio cuerpo".

Facilitar el referéndum

De los Cobos declaró el pasado 1 de febrero que "el cumplimiento de la ley estaba por encima de la convivencia ciudadana" y acusó a Trapero y al conseller Joaquim Forn de alertar a la ciudadanía de detalles del dispositivo para poder montar los escudos humanos delante de los locales e impedir así la acción de los cuerpos de seguridad del Estado.

Y no sólo eso. También soltó que "Trapero abundó y corroboró toda la argumentación que se hacía por parte de Forn y Puigdemont", así como que en las reuniones con Ferrán López no percibió "ningún alineamiento con posiciones distintas a las de cumplir el mandato judicial".

Según añadió, además, "él [Trapero] me dice que él es el mando de Mossos, que mi labor es la coordinación, que él no tiene que rendir cuentas y que su opinión es que el dispositivo erróneo es el articulado por las fuerzas de seguridad del Estado". Eso le hizo ver que "no había ninguna duda que el dispositivo que se había articulado por la dirección de los Mossos estaba encaminado a facilitar el referéndum".

En el audio publicado por el diario citado se escucha como el coronel de la policía militarizada dice que "lo que pretendían era tratar de aparentar ante la autoridad judicial un aparente cumplimiento y lo que realmente hicieron fue esperar a que terminara la jornada, permitir el escrutinio, y después de que su actuación no afectara, y de mutuo acuerdo, se llevaban la urna y las papeletas y lo contabilizaban como colegio cerrado y una recogida".