El programa de humor político de TV3, Polònia, ha emitido esta noche un gag delirante sobre el juicio que hace un camarero al magistrado Manuel Marchena.

El juez va a un bar y pide un croissant de chocolate, pero el camarero le presenta un pastel extraño. Marchena insiste en que no es un croissant de chocolate e intenta presentar pruebas documentales, e incluso testigos, como si fuera un juicio. Quien lleva la voz cantante, sin embargo, es el camarero.

Al final el camarero se sincera: "Usted no puede decir que hay rebelión por mucho que lo adorne". Y no tiene bastante con eso. Después llega el exdelegado del Gobierno, Enric Millo, y el camarero pone sobre el mostrador una botella de Fairy. Al verla, Millo da la espantada.