Hoy han declarado los primeros testigos del caso de rebelión y sedición que afecta a Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y el major de los Mossos, Josep Lluís Trapero.

Los primeros en pasar por la sala de vistas han sido los Mossos d'Esquadra. El nuevo jefe, Ferran López, ha seguido la misma versión que declaró el major de los Mossos Josep Lluís Trapero. López y tres miembros más del cuerpo, un comisario y dos agentes de la Brigada Móvil —que aquel día seguían juntos los acontecimientos dentro de la misma sala de mando— han declarado este viernes ante Lamela propuestos por la defensa de Trapero.

Según fuentes de la defensa, todos ellos han corroborado la versión que ya dio el líder de la ANC, Jordi Sànchez, (también encarcelado por la misma causa) y han criticado el informe aportado por la Guardia Civil, donde se acusaba a los Mossos de inacción. La declaración de los cuatro ha ido en la misma línea y han defendido que era "físicamente imposible" hacer un cordón policial para sacar a la secretaria judicial y los agentes de la Guardia Civil de la Conselleria d'Economia en coche. También han defendido que era "imposible" defender los coches de la Guardia Civil que sufrieron desperfectos a causa del gran número de gente concentrada.

Los testigos, que no han aportado documentación a la causa, estaban citados a las 9.30 horas de esta mañana en la sede de la Audiencia Nacional y la han ido abandonado sin hacer declaraciones a los medios que esperaban su salida. En el caso de Ferran ha salido pasadas las 11.30 horas y lo ha hecho solo.