El independentismo ha recriminado al bloque del 155 a los presos políticos en el segundo debate electoral del 21-D. El hecho de que entre los siete candidatos hubiera dos, los números cinco de ERC y el JuntsXCat, Carles Mundó y Josep Rull, que hubieran pasado por la prisión, ha hecho inevitable que el debate estuviera marcado por la represión sufrida por el independentismo. Al menos, así ha estado en toda la primera parte del debate organizado por La Sexta.

El primero en hacerlo ha sido Josep Rull, después de que el cabeza de lista del PP, Xavier García Albiol, acusara las fuerzas políticas independentistas de haber "intentado provocar un golpe de estado". La reacción de Rull ha sido rápida, preguntando al popular si realmente cree que han impulsado "acciones violentas?", y recordando que les piden 30 años de prisión, lo que significaría "salir de la prisión con 80 años".

Poco después lo ha reivindicado Carles Mundó, que ha reprochado a la candidata de Cs que ya "haya dictado sentencia". "¿Le tengo que decir señora Arrimadas o señoría?", ha criticado, recordando que todavía no han sido juzgados y con una clara voluntad de denunciar una presunta falta de separación de poderes en el Estado. Lo ha hecho después de que Arrimadas preguntara al candidato de ERC: "¿cómo os lo haréis para sacar a la gente de la prisión? Todo lo que proponéis es falso".

debate la sexta 21d efe

El debate ha llegado después de un fin de semana preelectoral marcado por la subida de tono del Partido Popular que, viendo que las encuestas no les pronostican unos buenos resultados, ha hecho valer su actuación contra el proceso. Después de que la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Sanatamaría, presumiera de haber "decapitado" a los líderes independentistas, Albiol ha defendido que la democracia en el Estado español es "ejemplar" y que existe la separación de poderes, asegurando que las declaraciones de Santamaría eran "desde punto de vista político".

En este sentido, Albiol ha sido quien ha entrado más en el cuerpo en cuerpo con los independentistas porel presos políticos, dejando a la candidata de Ciutadans, Inés Arrimadas, en un segundo plano, y con un candidato socialista, Miquel Iceta, que se ha querido poner de lado, hecho que demuestra su incomodidad por la situación y evitando las críticas por la aplicación del 155 de la Constitución que no se ha ahorrado.

El adocrinamiento vuelve al debate

Como ya ha venido siendo una tónica desde el pasado 1 de octubre, las acusaciones de adoctrinamiento en las escuelas han reaparecido hacia el final del debate, y en boca de Xavier García Albiol, que ha asegurado que hay niños de cinco años en algunas escuelas que han clamado consignas en contra de los encarcelamientos y ha instado en Arrimadas y en Iceta a comprometerse cambiarlo.

Tanto Josep Rull como Carles Mundó han rebatido rápidamente los argumentos de Albiol. El republicano ha asegurado que no acepta la acusación y ha instado en Albiol a documentarlo. Por su parte, el número cinco Junts per Catalunya ha reprochado en Albiol que el exministro de Educación popular José Ignacio Wert hablara de "españolizar" a los niños catalanes.

Albiol Iceta debate La Sexat - foto de La Sexta

La economía el blanco de críticas del proceso

El unionismo ha atacado con fuerza a los partidos independentistas en materia económica, asegurando que la economía catalana ha salido perjudicada por el proceso y les ha reprochado que 3.000 empresas haya anunciado su huida de Catalunya. Las candidaturas soberanistas, sin embargo, han conseguido plantarles cara y han tachado de "mentira" algunos de los argumentos de los unionistas.

En este sentido, han rebatido la huida de empresas, recordando que poco más de 300 han completado los trámites de cambio de sede social, y han preguntado a PP, Cs y PSC si lo que ha hecho marcharse las empresas es el proceso o el contra-proceso, es decir, la respuesta del gobierno español después del 1 de octubre. Además, han recordado que nuevas empresas han venido a Catalunya o se han creado durante el proceso independentista y han reprochado el déficit fiscal, situándolo como lo que realmente perjudica el desarrollo económico y la inversión de empresas.

El debate ha estado también muy centrado en políticas sociales, donde todos los candidatos han expuesto sus propuestas y se han acusado mutuamente de ser los culpables de la falta de gasto social. Mientras Xavier Domènech, de Catalunya en Común, y también Vidal Aragonés de la CUP, han culpado al Govern de falta de inversión en políticas sociales, Arrimadas e Iceta también lo han hecho pero centrando la acusación en estar demasiado centrados en el proceso. El "monotema", tal como se ha referido Arrimadas. ERC y Junts per Catalunya, sin embargo, han sacado pecho de la acción de Govern y han culpado al Gobierno español de no permitir más inversiones en este tipo de políticas, fuera vía presupuesto o vía Tribunal Constitucional.

Discrepancias independentistas

Aunque el debate ha tenido dos bloques claros, independentistas y unionistas, a excepción de los comunes; los partidos soberanistas también han mostrado sus discrepancias. Así, ERC y CUP se han interpelado criticamente por la unilateralidad y los republicanos y Junts per Catalunya por quien tiene que ser con el próximo presidente.

En este sentido, el candidato de ERC, Carles Mundó, y el de la CUP, Vidal Aragonès, se han enfrentado por la posibilidad de seguir por la vía unilateral. "ERC no quiere cumplir el mandato del 1-O", ha soltado el anticapitalista, recordando que esta via será una de los condiciones que pondrá la CUP sobre la mesa para posibles pactos postelectorales.

Por otra parte, Mundó ha querido reprochar a JxCat que haya insinuado que acatan de buen grato los efectos de la aplicación del artículo 155 al no querer investir a Carles Puigdemont presidente en caso de no ganar las elecciones. "Decir eso es tener mala fe", ha lanzado el republicano, que ha reiterado que la apuesta de ERC pasa por hacer presidente a Oriol Junqueras.