La distancia entre los dos bloques ha marcado el segundo debate de candidatos del 21-D, que todavía parecen lejos de reconciliarse. Esto, a pesar de que precisamente esta idea, la reconciliación entre catalanes y la presunta fractura social, ha centrado parte importante del debate, que ha moderado la periodista Pepa Bueno, y que La Ser ha emitido este jueves en diferido.

Los presidenciables Inés Arrimadas (Ciudadanos), Miquel Iceta (PSC), Xavier Domènech (Catalunya en Comú – Podem) y Carles Riera (CUP) han defendido sus posturas al lado de Jordi Turull (Junts per Catalunya) y Ernest Maragall (ERC), que han acudido por la imposibilidad de hacerlo Carles Puigdemont -en Bélgica- y Oriol Junqueras -en la prisión de Estremera.

El 21-D

A falta de siete días para las elecciones, JuntsXCat y ERC defienden que tienen que servir para volver a la situación de antes de la aplicación del 155, y dejar clara la soberanía de Catalunya. "Queremos confirmar nuestra condición de sujeto político con derecho a decidir sobre nosotros mismos", ha explicado Maragall. Por su parte, Turull ha tirado de candidatura para insistido en que Puigdemont "tiene que volver a ser presidente".

La tercera opción independentista, la CUP, es la única que ha escudado la unilateralidad con el objetivo de "construir república" a partir del 21-D. "El 27-O la declaramos, después hubo un golpe de estado, y ahora la queremos construir", ha defendido Riera.

Por lo que se refiere a la bancada unionista, Arrimadas considera las elecciones "una oportunidad de oro para dejar atrás la etapa negra del procés", mientras que Albiol ha ido más allá para afirmar que "nos jugamos que mis hijos cuando viajen al resto de España no tengan que ir con un pasaporte diferente al de su país". Iceta ha querido ser más conciliador diciendo que es "el momento de recuperar el respeto por todas las ideas, las instituciones y la ley".

Entre las dos aguas se ha situado Domènech, que ha pedido "recuperar la dignidad como país" a partir del 21-D, a la vez que "progresar con más derechos sociales".

¿Cuestión de democracia?

El concepto de democracia ha sido uno de los más recurrentes -y motivo de mayor discordia- en Catalunya en los últimos meses, y hoy no ha sido menos.

Turull ha preguntado a los defensores del orden constitucional "si respetarán el resultado de las elecciones", para añadir que él sí, ya que "me reconozco como demócrata, cosa que Iceta, Arrimadas y Albiol no lo son", en clara referencia al 155.

A esto, el líder del PP ha contestado que "aunque usted sea independentista no tendré el atrevimiento de decir que sea anti demócrata", mientras que Arrimadas ha situado el problema en que los independentistas se creen "inmunes" ante la ley.

Sin querer señalar a nadie directamente, Maragall también ha puesto en duda la democracia en el Estado, para afirmar que "nos dicen que podemos ser independentistas y poder defender nuestras ideas, lo que no podemos es ganar porque nos aplican el 155. Esto no es democracia. Es otra cosa".

Precisamente a los secesionistas se ha dirigido Iceta, a los que ha preguntado si hacer efectivos los resultados democráticos, electorales, "habilita para saltarse la ley", en clara referencia a los independentistas.

Fractura social y política

Los impulsores del 155 han querido insistir en la existencia de una Catalunya dividida, y en la necesidad de acabar con el procés para reconstruirla. "Catalunya no puede aguantar más procés. Hace falta respetar a todos los catalanes para coser estas heridas y solucionar los problemas reales de la gente", ha explicado Arrimadas. Albiol ha querido ponerse la medalla del entendimiento animando a "sentarnos en una mesa después del 21-D dejando lo que nos separa y avanzar en aquello que podamos coincidir". Iceta ha hablado de "reconciliar a los catalanes entre ellos".

De su lado, Domènech se ha alejado de la unilateralidad instantdo a "abandonar las vías que han frustrado a una parte de los catalanes y construir mayorías progresistas".

Turull y Maragall han apelado a la "dignidad" del país, mientras que Riera ha considerado que "nuestro republicanismo es nuestra mejor solidaridad con el republicanismo español".

Los pactos 

La mayoría de los candidatos han pasado de puntillas sobre los pactos post electorales, aunque -o precisamente por esta razón- todo indique que serán difíciles de cerrar pasados los comicios.

En este sentido, Maragall ha abierto la puerta a que ERC "aporte coherencia a una nueva mayoría soberanista" que dialogue y sea "amiga" del resto del Estado.

De su lado, Domènech ha insistido en la necesidad de un "gobierno transversal progresista", mientras que Albiol aboga por un ejecutivo con las fuerzas "constitucionalistas" para dejar atrás el procés.