El president, Carles Puigdemont, mantuvo la tarde del miércoles el último intercambio de pareceres con su Govern. Fue a través de Skype. El día siguiente, a las nueve de la mañana, el vicepresident y los conselleres que todavía estaban en Barcelona tenían que presentarse en Madrid a declarar ante la jueza de la Audiencia Nacional y el convencimiento general era que la citación acabaría en encarcelamiento.

La conversación a través de esta aplicación digital, permitió que el president, acompañado de los consellers que están en Bruselas, y el vicepresidente, Oriol Junqueras, con el resto del Govern reunidos en Catalunya hicieran repaso de la situación, extremadamente complicada, y analizaran la respuesta.

Los consellers eran conscientes de la altísima probabilitat de acabar en la prisión este jueves, como lo indican los tuits que tenían preparadas para publicar una vez la jueza decidiera encarcelarlos.

El viernes de la semana pasada los miembros del Govern habían celebrado la última reunión. Fue en el palau de la Generalitat, al acabar la votación en el Parlament de la declaración de la proclamación de la República. Al día siguiente el president, con el autogobierno suspendido y el ejecutivo cesado, protagonizó una comparecencia a través de TV3 y se dejó ver por las calles de Girona, pero el resto del Govern se mantuvo en silencio. El lunes se supo que una parte de los consellers se habían desplazado con Puigdemont a Bruselas, y el día siguiente, martes, protagonizaron una rueda de prensa conjunta. Algunos de los consellers volvieron por la noche a Barcelona.

Finalmente, el president se ha quedado en Bruselas con los consellers Toni Comin, Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Lluís Puig Bruselas. Ahora representan el Govern en el exilio. El vicepresidente, Oriol Junqueras, con Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull, Meritxell Borràs, Dolors Bassa, Carles Mundó y Joaquim Forn se quedaron en Barcelona y esta noche han ingresado en prisión.