Durante las dos próximas semanas, la CUP volverá a poner en marcha su maquinaria asamblearia, como ya hizo con la investidura y los presupuestos. Ahora, sin embargo, es el turno de la cuestión de confianza que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, afrontará durante el mes de septiembre para acabar de impulsar el proceso independentista, o bien, dejarlo a medias.

Después de que en el último consell polític, del 2 de julio en Cardedeu, se iniciara el debate, ahora los diputados cupaires se irán de tour por toda Catalunya en los próximos días para reunirse con las 13 asambleas territoriales de la formación anticapitalista y tantear así el terreno, y sobre todo los ánimos, de la militancia de base hacia este debate. Ahora bien, inicialmente esta decisión final estará en manos como siempre de un consell polític más el grup d'acció parlamentària. 

El objetivo de los parlamentarios, que participarán de las territoriales en pareja, es intentar consensuar una propuesta política, con el máximo consenso interno, con la cual sentarse y empezar a negociar con el Govern la cuestión de confianza. "No se trata de dar un cheque en blanco", explican fuentes de la formación a El Nacional. Así pues, los cupaires quieren tener claro antes de iniciar la negociación cuáles son sus condiciones, básicamente, "qué se reclama a cambio" de su 'sí' a Puigdemont.

Condiciones

Entre los puntos que la CUP quiere poner sobre la mesa para empezar a hablar con el Govern, y que se discutirán en las asambleas, hay por ejemplo las condiciones y los tempos del Referéndum Unilateral de Independencia (RUI) que en las últimas semanas los cupaires han reclamado sí o sí como imprescindible para poner la guinda al proceso independentista.

"Hace falta un gesto claro de ruptura", apuntan estas mismas fuentes. Además del RUI que coge fuerza después de la assemblea nacional de Esparreguera de la CUP, la izquierda anticapitalista quiere discutir también sobre cómo acabar de dar impulso al proceso constituyente y otras "cuestiones de país", como puede ser por ejemplo la recuperación de Aigües Ter Llobregat.

Los cupaires empiezan a trabajar este debate a nivel territorial para tener lo antes posible una postura clara y mayoritaria entre la militancia, en parte para evitar volver a dividirse, y sentarse entonces en la mesa de negociación con el Ejecutivo catalán con los deberes hechos y poder cerrar con tranquilidad los términos de su apoyo a la cuestión de confianza. "Lo ideal es que se pudiera dejar todo terminado el 31 de julio", reconocen voces de la formación, a pesar de que aseguran que a estas alturas todavía "no hay interlocutor en el otro lado".

En este sentido, los cupaires quieren intentar evitar, una vez más, las negociaciones a última hora, como ha sucedido en todos los momentos clave del proyecto independentista como la investidura o no de Artur Mas o la enmienda a la totalidad a los presupuestos. Debates que han tensionado y dividido la formación, hasta el punto de saltar por los aires la mitad de su secretariado nacional (SN), así como agravar el cansancio de su militancia.