La militancia de la CUP ha aprobado durante la Assemblea Nacional en Esparreguera una enmienda parcial de Sant Pere de Riudebitlles, donde se apunta que la CUP-Crida Constituent tiene que "liberarse del acuerdo con JxSí para poder ejercer su función de dinamizador de la ruptura independentista y de una alternativa a las políticas autonomistas, del neoliberalismo y del patriarcado". De hecho, el texto aprobado concluye que "el acuerdo de estabilidad ha acontecido una prisión que encorseta el proyecto rupturista y anticapistalista de la CUP".

Fuentes cuperas, en un intento de rebajar el tono del texto, apuntan que se trata de un marco teórico que ahora "habrá que ver cómo se traduce a la práctica. En este sentido, la enmienda expone que si la CUP tiene que ampliar la base del independentismo por la izquierda, "tiene que tener las manos libres para hacer oposición dura al Govern".

De hecho, el portavoz del secretariat nacional, Xevi Generó, después de consensuar posturas con el resto de los miembros y algunos diputados cupaires, ha reconocido que hasta ahora el pacto no ha servido para avanzar en la ruptura. "La estabilidad que nos pedían no ha supuesto que ellos rompieran". A pesar de esto, cree que no cambiará de la noche a la mañana el papel de la CUP en el Parlament porque "hasta ahora hemos sido coherentes con todo lo que hemos defendido".

Toque de atención

"No estamos diciendo que ahora hay que hacer una cosa nueva", ha dicho. No obstante, también ha advertido, en un claro toque de atención para JxSí, que "o la ruptura se materializa en pasos firmes o nosotros no estaremos ligados de pies y manos a una estabilidad que no suponga avanzar hacia este camino". En este sentido, Generó ha insistido en que la CUP necesita "ser libre" para avanzar como izquierda independentista, pero siempre con "las manos tendidas por la ruptura", ha matizado. 

La enmienda aprobada por 251 votos a favor y 184 en contra prevé también que la CUP-Crida Constituent no entrará en ninguna dinámica que suponga avalar unos presupuestos que no se planteen la desobediencia clara y frontal en relación a las imposiciones del Estado español, de los mercados financieros y que no se planteen la reversión de las privatizaciones y los recortes de los últimos años. Aunque la militancia no decide si la CUP apoya o no en los presupuestos, puesto que es una decisión del Consell Polític más GAP, lo cierto es que la aprobación de esta enmienda supone un marco teórico también que habrá que ver cómo se articula después. 

Por otro lado, en el debate de la ponencia política, los centenares de militantes que discuten y votan desde las 9 de la mañana en el Teatre de la Passió han rechazado una enmienda a la totalidad que era la más dura y crítica con el acuerdo de investidura. No ha salido adelante por sólo 12 votos de diferencia. Un resultado "relativamente ajustado" que pone de relieve, una vez más, las tensiones internas y la disparidad de posicionamientos respeto al pacto de estabilidad con los junters que no acaba de satisfacer a los militantes.

Autonomía al límite

El texto de la enmienda apunta también que la CUP tendrá que forzar la celebración de un referéndum unilateral sobre la independencia "que se tendría que celebrar como muy tarde el enero de 2017". Para acabar añadiendo que "en ningún caso se apoyará la celebración de nuevas elecciones autonómicas" que supongan dilatar en el tiempo el proceso independentista.

Y más presión para JxSí. La militancia de la CUP exige que al menos 5 de las medidas del anexo social de la declaración del 9-N, suspendida por el Tribunal Constitucional se desplieguen en un plazo de como mucho 3 meses y hace falta que todas estén desplegadas en un plazo de 6 meses.