La CUP acepta el reto de la cuestión de confianza que ha anunciado el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, después de que el Parlament ha rechazado el proyecto de ley de los presupuestos del Govern con los votos de C's, PSC, CSQP, PP y también la CUP.

Precisamente, después del anuncio, ha sido el diputado cupaire en el Parlament Joan Garriga quien ha asegurado que el grupo "no se siente culpable pero sí responsable" de la cuestión de confianza. De hecho, Garriga ha dicho en el pleno que a la propia CUP le ha sorprendido la relevancia que ha tenido su enmienda a la totalidad a las cuentas, lo cual ha levantado un runrún en la cámara que el diputado ha resuelto diciendo: "Que nadie se ofenda para decir lo que pensamos".

En este sentido, ha dicho que afrontarán desde la corresponsabilidad la decisión del president, con "luces y taquígrafos". Ahora bien, en un mensaje de optimismo, ha añadido que "los puentes hacia la independencia no se han roto y pensamos atravesarlos con las fuerzas políticas que tienen en su horizonte, no sólo la independencia, sino también la cuestión social".

Y una vez acabado el pleno de los presupuestos, algunos de los diputados de la CUP han aprovechado las redes sociales para opinar sobre la cuestión de confianza. En concreto, la diputada Mireia Boya y el diputado Albert Botran han querido dejar bien claro a través de Twitter que la confianza en el president es plena si es para continuar en el camino hacia la República catalana y que la cuestión de confianza es una oportunidad para "renovar el acuerdo en la hoja de ruta".

 

Puigdemont, en manos de la CUP

Puigdemont superará la moción de confianza si consigue el apoyo de la mayoría simple. Por lo tanto, esto requiere los votos de JxSí más, al menos, dos votos de la CUP (64) y la abstención del resto de los cupaires, teniendo en cuenta el previsible voto negativo de los 63 diputados de C's, PSC, CSQP y PP. 

La cuestión de confianza es un mecanismo, hasta ahora inédito en la democracia parlamentaria catalana, que puede plantear el president de la Generalitat al Parlament, cómo ha hecho hoy Puigdemont, para poner a prueba el apoyo parlamentario a su gabinete. Si en la votación el presidente obtiene la mayoría simple de los votos emitidos, se entiende que mantiene la confianza, por lo cual continua en el poder. 

En caso de perder la moción de confianza, Puigdemont cesa en el cargo, queda en funciones y se inicia el procedimiento de investidura de un nuevo presidente, el mismo que se hace a comienzos de legislatura. Entonces, si en dos meses máximo no hay presidente, se convocarían automáticamente elecciones.