La CUP y los comunes, críticos con la gestión del Govern de la sequía, pero también con la posición de los principales partidos de la oposición -el PSC y Junts-, han sido los impulsores del pleno monográfico sobre la sequía y la emergencia climática en el Parlament de Catalunya. Y a pesar de las diferencias entre los dos partidos han coincidido en pedir al Ejecutivo de Pere Aragonès que abandone los macroproyectos, como son el Hard Rock, la B-40 entre Terrassa y Sabadell o la ampliación del aeropuerto si quiere luchar contra la sequía. También han señalado la incongruencia entre las restricciones que sufren sectores como el del campesinado o el foco que se ha puesto sobre la ciudadanía durante estos cuarenta meses dónde ha llovido menos de lo que tocaba, mientras sectores como el turismo no sufren ningún tipo de restricción específica a pesar de ser uno de los que más agua consume.

 

La CUP, eso sí, ha ido más allá y ha pedido a los comunes que no den apoyo a los presupuestos del Gobierno si estos incluyen las grandes infraestructuras que los dos han criticado. En el pleno, Aragonès ha aprovechado para anunciar que las cuentas catalanas llevan incluidos 1.045 millones de euros para luchar contra la sequía mientras horas antes su portavoz, Patrícia Plaja, descartaba que el Hard Rock pudiera ser una traba para llegar a un acuerdo para los presupuestos.

Regusto amargo de la CUP: buenas palabras pero sin cambiar nada

En su intervención inicial, antes de que hablaran el presidente y el conseller David Mascort, el diputado de la CUP, Dani Cornellà, ha lamentado que estas contradicciones con las restricciones hacen que los catalanes y las catalanas "no saben que tienen que pensar": "Cada día ven evidencias de la emergencia climática, como un invierno que no parece invierno, pero al mismo tiempo escuchan afirmaciones como la sequía no tiene que suponer el decrecimiento", ha señalado en referencia al PSC, comparando Salvador Illa con Xavier Trias, y lamentando que hay formaciones que "se llenan la boca hablando de cambio climático cuando en realidad se basan en apostar por infraestructuras al servicio de los combustibles fósiles". Después de escuchar al conseller y al president, Cornellà ha asegurado que su partido firmaría parte de los discursos de los republicanos, pero lamentando que al final, se marcharán del pleno con un sabor amargo: "Por muchas buenas palabras que tengan, al final de todo vemos que no piensan cambiar el modelo actual y que ya les va bien con el modelo actual de gestión del agua porque no tienen una mayoría suficiente o porque realmente lo piensan".

Los 'retardistas' climáticos, tan peligrosos como los negacionistas

Como en el caso de la CUP, desde de En Comú Podem Jéssica Albiach y el diputado Enric Bárcena, han dirigido a sus críticas tanto al Govern como a PSC y Junts por su apuesta por el crecimiento en un contexto de sequía. "No sé si me preocupan más los negacionistas o los retardistas climáticos, que siguen proponiendo el Hard Rock o ampliar el aeropuerto y quieren hacer desalinizadoras para abusar del agua y que esta continúe en manos privadas", ha criticado al inicio del pleno a la líder de los comunes, Jéssica Albiach, lamentando que aunque desde de ERC saben que "estas propuestas son un disparate, no son capaces de decirlos que no".