El grupo municipal de la CUP en Barcelona ha dado finalmente su 'sí' a que se aprueben los presupuestos para el 2016. La decisión, que fue elegida ayer por la noche en el consejo político que agrupa las trece asambleas locales, permitirá que salgan adelante en el pleno extraordinario convocado para esta tarde.

Después de dos semanas de intensas negociaciones divididas por temáticas, los anticapitalistas han conseguido incorporar cinco demandas, que consideran fundamentales, al texto (vivienda, pobreza, policía local, carné de ciudad y remunicipalizaciones). La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, evita así una nueva calabaza que sería dramática después de un año a las riendas de la capital catalana.

Conscientes, ha dicho la concejala María José Lecha, que "íbamos a negociar las migas de las migas, pensamos que podían mejorar las condiciones de vida de las vecinas de Barcelona". Por ello, a pesar de criticar "el chantaje y el insulto" al que asegura que han sido sometidos, "hemos tenido un debate pausado y con la cabeza fría hemos decidido que no bloquearemos".

Balón hacia adelante

La aprobación de unas nuevas cuentas que sustituyan a las prorrogadas del 2015 ha sido una cuenta atrás. Frenético, el equipo de Barcelona en Comú enfatizaba que cada día que pasaba era más difícil ejecutarlas. Los de Colau han tenido que mantener reuniones casi todos los días con los anticapitalistas, desde hace dos semanas, para encontrar un desatascador a la situación.

Pero a pesar del gesto, los cuperos continúan dispuestos a librar una batalla a los comunes para cambiar las políticas de las "últimas décadas" del consistorio. En este sentido, Lecha ha lanzado una advertencia: "En 2017 queremos el pan entero y instamos al Govern a empezar a trabajar".

Uno de los aspectos más relevantes, y que afirman no haber podido conseguir, es la disolución de la Unitat de Suport Policial (USP), la parte del cuerpo de la Guardia Urbana que ejecuta funciones de antidisturbios. Desde el Ayuntamiento apuestan por modificar esta función, pero mantener la unidad, punto que "ha alejado la CUP del sí a los presupuestos".

"Mucha militancia todavía optaba por el 'no', porque de las 10 pedaladas no podemos decir que haya un resultado satisfactorio", ha explicado la líder cupaire en Barcelona, ​​añadiendo, sin embargo, que "la mayoría optó por la abstención". "El 'sí' no entraba porque estaba muy lejos de lo que nosotros queríamos", ha remachado.

Suma ínfima

El incremento de crédito derivado de las demandas de la CUP es bajo. El total no ascenderá a los 7 millones de euros, en un presupuesto global para el 2016 que sumará 275 millones más que el año anterior.

"Nuestras pedaladas eran sobre todo medidas políticas", ha reivindicado la cara visible de los anticapitalistas. "Para nosotros se pueden hacer giros hacia la izquierda sin tener que poner partidas absolutamente extraordinarias", ha remachado.