El espacio de diálogo que el president, Quim Torra, ha intentado plantear este viernes con los grupos del Parlament que han respondido a su convocatoria en el Palau de la Generalitat ha tropezado con la existencia de presos y la amenaza de un nuevo 155. Todos los grupos han celebrado que se haya producido el encuentro y han lamentado la ausencia de Cs, PP y la CUP, pero la reunión no ha conseguido más consenso que este.

"Mínimos de mínimos", resumía uno de los asistentes al encuentro, que ha empezado a las 4 de la tarde en la sala tarongers y ha acabado pasadas las seis, tal como estaba previsto. Con todo, una de las conclusiones es que la cumbre tendrá nuevas convocatorias.

Una vez ha acabado, los grupos han ido desfilando por el atril del Govern. La última a comparecer ha sido la consellera de Presidencia, Elsa Artadi.

La portavoz del Govern, que ha participado con Torra y el vicepresident, Pere Aragonès, en la reunión, ha destacado la necesidad de que haya este diálogo político, y la voluntad de ir "más allá", no sólo para plantear una salida política al conflicto que vive Catalunya sino también para responder a "la regresión de derechos civiles y políticos" con un "frente anti-represivo sólido". Pero al mismo tiempo Artadi ha reclamado que el diálogo sea "efectivo" -"no es suficiente con tener reuniones", ha advertido- y, además, se tiene que hacer en igualdad de condiciones, es decir, sin presos y exiliados y sin la amenaza de un nuevo 155.

Reunión en Lledoners

Precisamente, el diputado de JxCat Albert Batet tan pronto como ha tomado la palabra en la reunión ―y posteriormente ante la prensa― ha recordado que quien debería haberles representado en el espacio de diálogo es el presidente del grupo, Jordi Sànchez, por lo cual han aconsejado o hacer la reunión en Lledoners o que se levante la prisión preventiva de los líderes del proceso.

De hecho, Artadi no ha descartado la posibilidad de llevar la convocatoria al centro penitenciario, aunque tampoco ha confirmado la propuesta.

La reunión surgía de una resolución que el PSC llevó al Parlament, y no obstante, ha sido precisamente con la formación socialista que se ha constatado las mayores diferencias. El líder del partido, Miquel Iceta, ha advertido que no tienen demasiado sentido acuerdos que no cuenten con un mínimo de 2/3 partes del Parlament, y ha tenido que encajar los reproches por la existencia de presos y exiliados y por no sumarse al compromiso del resto de fuerzas presentes contra uno nuevo 155. También un reproche público de Artadi que ha lamentado que el buen tono de la reunión no sea también el que domina en el Parlament.

Desde de ERC, Sergi Sabrià ha valorado positivamente que esté encima de la mesa la propuesta de un pacto por la claridad, como lo que ha planteado a los Comunes, pero ha admitido que la reunión ha servido para constatar que existen "muchísimas diferencias" entre los posicionamientos de unos y otros.

Al comparecer ante la prensa, uno tras el otro, los grupos han expuesto sus posicionamientos, han constatado las distancias que les separan, que ya conocían antes de entrar, pero se han emplazado a acudir a nuevas convocatorias. Y, la próxima vez, con orden del día y propuestas concretas.