Ciudadanos mantiene la presión sobre la presidenta de la comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, pero se resiste a la moción de censura que PSOE y Podemos quieren impulsar, mientras la polémica crece, ahora que la Universidad Rey Juan Carlos se dice dispuesta a llegar "hasta las últimas consecuencias", según un comunicado. La formación naranja intenta ganar tiempo pues con la propuesta de una comisión de investigación para aclarar el affair del master. La estrategia encubre el rechazo a aparecer de la mano de la izquierda española, pues Cs penetra ya en el nicho de votantes del Partido Popular. Es decir, que su opción ganadora sería mantener una Cifuentes desgastada hasta las elecciones autonómicas de 2019.

La evidencia se producía este jueves durante la sesión de control en la Asamblea de Madrid, tras el pleno extraordinario de este miércoles. El portavoz del partido, Ignacio Aguado, afirmaba que el tiempo "de impunidad" de Cifuentes se había acabado. "¿Qué credibilidad tiene usted a día de hoy?", le ha increpado, a causa de las nuevas informaciones publicadas sobre que el tribunal del trabajo de master nunca existió, pese a que la presidenta le dio "mínima credibilidad". Aguado desviada la atención y denunciaba que los populares intentaran "desprestigiar todas las instituciones", como la "Justicia, televisiones, cajas de ahorros y ahora también... las universidades".

Pero Cs no se muestra dispuesto a ir más allá de la crítica –"de momento"– y hace un llamamiento al Partido Popular para que se sume a la comisión de investigación, antes de pronunciarse sobre la moción de censura.

Si bien, esta comisión no apunta en la línea de levantar muchas más evidencias que las ya publicadas ya en Eldiario.es o El Confidencial, o incluso, la versión ofrecida por la oposición y la misma presidenta del PP. En segundo lugar, el caso pasará pronto a manos de la Justicia, a quien decretará la verdad judicial para poner luz al político, como consecuencia de la querella que Cifuentes presentará a los periodistas de Eldiario.es.

El hecho es la formación de Albert Rivera tiene pocos incentivos para aliarse con la izquierda española, ahora que Cs se da victorioso en varias encuestas, por la sangría de votos en el PP en los espacios conservadores y liberal. Según el diario El Español, la formación naranja pasaría de los 17 a los 40 escaños si los comicios fueran hoy, y Cifuentes, pasaría de los 48 a los 33 diputados. En consecuencia, ninguno de los escenarios que se abren para Cs resultaría mejor que resistir y capitalizar el desgaste durante las autonómicas y generales de 2019.

Así las, para la moción de censura, PSOE y Podemos tendrían que dar apoyo al candidato socialista, Ángel Gabilondo, y todavía les faltaría un voto de Cs para tumbar la presidencia del PP. Pasa porque una moción de censura en España es constructiva, es decir, que sólo se fuerza la marcha de un presidente si el ponente de la moción alcanza los votos suficientes para ser investido. Eso daría oxígeno a los populares para cargar contra el "tripartito" en los comicios del 2019, como les calificó Enrique Ossorio, portavoz del PP, en el pleno extraordinario de este jueves.

Sin embargo, si derribar a Cifuentes fuera bajo la promesa de convocar elecciones, el escenario que se abriría en el largo plazo sería algo estéril. Los comicios autonómicos en Madrid estar prefijados por la LOREG, y por mucho que los hubiera este año 2018, se repetirían en el 2019. Por tanto, el coste de desgaste de la formación naranja sería superior al rédito a obtener.

En última instancia, Aguado podría presionar para la dimisión de Cifuentes, opción que no parece en estos momentos encima de la mesa. "No se la puede echar sólo por informaciones periodísticas" se justificaba Rivera en Onda Cero. Además, la misma líder autonómica afirmó que no incumplía el punto de su acuerdo de investidura –que habla de no falsificar currículums– porque su título era "legal y real". Esta consideración es del todo cierta, pues aquello que se pone en cuestión no es que disponga de un master, sino la forma como este habría sido obtenido y las irregularidades detrás de la certificación de este.

La cuestión es que socialistas y podemitas no cesarán en el asedio a la derecha.

Durante el pleno de este jueves Podemos volvía a la carga y pedía la dimisión de Cifuentes al grito de "Madrid no se puede falsificar". Al respecto, Gabilondo y José Manuel Franco –secretario general en Madrid– se reunieron este jueves por la tarde con Pedro Sánchez en Ferraz para valorar la cuestión y decidieron sacar adelante la moción. Tendrá el apoyo de la formación morada, quien no presenta la moción esta vez porque sería la segunda de la legislatura –la anterior fue por el caso Lezo. Aunque se perdiera la moción, evidenciaría el tándem PP-Cs, aunque Cifuentes podría utilizar la victoria en este pleno como arma comunicativa.

El hecho es que el Gobierno y la dirección popular de Génova dan el escándolo por zanjado. Mariano Rajoy dijo el martes que esperaba que con el pleno del jueves todo quedara resuelto y veía "estéril la polémica". Y esta mañana, el vicesecretario Javier Maroto ha confirmado que se mantenía la confianza en ella y ha descargado sobre la URJC la carga de la prueba. "Para nosotros las explicaciones son suficientes, creo que quien realmente tiene un problema es el sistema universitario", arrojó. Al respecto, Gabilondo denunció ante la Asamblea la "espesa red de favores" presuntos y la "falta de autonomía" introducida por el PP.