A la diplomacia española le vino mucho trabajo encima con la visita del conseller d'Empresa i Coneixement, Jordi Baiget, a Estados Unidos. El cónsul en Miami, Candido Creis Estrada, aplicó un marcaje a la visita oficial tan estrecho que hizo peligrar un acuerdo de cooperación con la agencia de desarrollo económico del condado de Miami. El control diplomático, con mayor o menor intensidad, se hizo extensivo por todas las etapas de su periplo por California i Washington. Esta situación se produce además después que el Gobierno español ha actuado repetidamente para frenar la política exterior del Govern i a las puertas del primer viaje oficial del president Carles Puigdemont, el sábado en Bélgica.

Se trata de un acuerdo con el Beacon Council. El departament ya había mantenido contactos con esta organización durante la celebración del Mobile World Congress en Barcelona. El objetivo era buscar vías de colaboración para fomentar las relaciones comerciales entre Florida y Catalunya, y el acuerdo se firmaba en el marco de la feria eMerge, de industria tecnológica y economía digital.

Desde el mismo momento en que Baiget empezó la agenda oficial del viaje el pasado lunes 18, el cónsul se presentó ante el conseller armado con informes del ministerio de Exteriores y el de Hacienda donde se advertía que la Generalitat no podía firmar ningún acuerdo con Miami si no rubricaba también él el documento como representante diplomático español.

 

Tampoco podía figurar en el acuerdo que Baiget fuera minister, título con que se identifica a los consellers en el exterior. Además, había que especificar en el texto que Catalunya es una región autónoma dentro de España.

Los condicionantes eran tantos que finalmente, la delegación catalana comunicó al condado de Miami, que, vistos los requisitos que imponía el Gobierno español, la Generalitat no podría firmar.

No obstante, las presiones de todas las partes implicadas hicieron posible que finalmente se desencallara el acuerdo y fuera posible la firma del pacto de cooperación.

Invitado inesperado

No acabó aquí la cosa. De manera habitual, y para evitar los obstáculos del Ministerio de Exteriores, el Govern evita especificar en exceso sus movimientos cuando se desplaza en visitas oficiales al extranjero. Eso obligó al cónsul a redoblar los esfuerzos por seguir las idas y venidas de la delegación catalana.

El representante diplomático español incluso se presentó a una de las comidas oficiales que se habían organizado y en las cuales no se contaba con su presencia. Tanto fue así, que al constatar que los asistentes al encuentro tenían su sitio asignado con la correspondiente tarjeta impresa, el cónsul se tuvo que autoidentificar y ubicar con un papel escrito a mano.

Control en el BM y en el BID

A pesar de no alcanzar el nivel de dedicación del representante diplomático en Miami, también en San Francisco y Washington los cónsules asumieron su papel. En la capital norteamericana, además, se incorporaron los representantes españoles a las reuniones que Baiget celebró con directivos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para buscar vías de impulso para el comercio exterior de las empresas catalanas.

Curiosamente, además, los cargos españoles en estos organismos son personas con un buen conocimiento del aparato gubernamental del Estado: La representante del Gobierno español en el Banco Mundial es la sobrina del ministro de Guindos, Beatriz de Guindos, -que tuvo que renunciar en 2013 a dirigir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia al día siguiente de su nombramiento por las acusaciones de nepotismo- mientras que en el BID está la exjefe de gabinete del ministro José Manuel Soria, María Rodríguez de la Rua.

Listado de asistentes

Con el viaje, en plena semana de Sant Jordi, no podían faltar tampoco las oportunas convocatorias de celebración de esta festividad. En Miami y en San Francisco, con especial presencia de catalanes, mientras que en Washington, donde la delegación catalana hizo la convocatoria de Sant Jordi en la Biblioteca del Congreso, hubo una nutrida asistencia de norteamericanos.

En estas citas el discurso del conseller era siempre el mismo, incluida la reivindicación al "orgullo” de los catalanes y a la contribución de los catalanes que viven en el exterior a "hacer más grande el país" así como la explicación de su papel como conseller de un Govern que desea y trabaja por la independencia de Catalunya.

Los cónsules encajaban la noticia con la diplomacia que se les presupone, según algunos de los asistentes. No obstante, no escondieron su papel en aquellos encuentros. De hecho, el cónsul de Washington se dirigió directamente a la delegación catalana después del acto para pedirles el listado de asistentes.

La visita del conseller se alargó desde el lunes hasta el viernes y en la delegación, además de la directora general d'Indústria, Núria Betriu, figuraban directivos de 18 empresas catalanas. La interferencias del Ministerio de Exteriores, sin embargo, se convirtieron en uno de los temas más comentados entre los miembros de la delegación.