El proyecto de resignificación del Valle de los Caídos, ahora Valle de Cuelgamuros, presentado este martes, no ha gustado nada a entidades memorialistas. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha calificado de “lamentable” la actuación del Gobierno en el concurso hecho para resignificar este espacio, y reclama “una nueva actuación arquitectónica”, con menos inversión. Sostiene que este lugar lo que se necesita es “simplemente explicarlo con paneles que contengan documentos históricos que expliquen por qué ordenó construirlo el dictador Francisco Franco, cómo se hizo, quién lo hizo, cuáles fueron las empresas que se beneficiaron del uso de esclavos políticos, testimonios de quienes fueron obligados a trabajar en él”. El presidente de la ARMH, Emilio Silva, ha denunciado que se gastaran 30 millones de euros en la resignificación, cuando lo que se hace es blanquear a Franco, según afirma en un comunicado difundido este miércoles.

“El Gobiernno ha calificado de valiente el proyecto de resignificación cuando se mantiene la presencia dominante de la Iglesia católica, con los monjes benedictinos, y así se valida una decisión del dictador”, manifiesta Silva. Y añade: “¿De qué sirve gastar ese dineral en una intervención cuando los guías turísticos que son quienes transmiten la visión del monumento a la mayoría de los visitantes manejan a menudo discursos que blanquean la historia del monumento y del franquismo y no son personal formado y acreditado por instituciones como sí lo son los guías de los campos de concentración del nazismo?”

Detalle del cepillo de la Basílica del Valle de los Caídos
Detalle del cepillo de la Basílica del Valle de los Caídos

Un museo para las víctimas

La asociación, que inició en el año 2000 la búsqueda científica de republicanos desaparecidos por la represión franquista, considera "intolerable la permanencia de los monjes benedictinos en el recinto cuando gestionan sin concurso público una hospedería que tiene entre sus principales usuarios a grupos ultraconservadores de la iglesia católica y estrechas relaciones con embajadas como la de Hungría que lideran en Europa la restricción de derechos". Silva asegura que "para los monjes la hospedería es un centro de poder que les permite ser anfitriones de los sectores más reaccionarios de la derecha que pretende debilitar la democracia y todo eso lo hacen con recursos públicos del Estado."

Además,  la entidad lamenta que "el Gobierno ha difundido la idea de que el proyecto ha recibido la unanimidad de los votos, pero es un comité en el que los familiares que tienen dentro enterrados a sus seres queridos no han tenido derecho a opinar y a decidir. Quien sí ha tenido voz y voto ha sido un representante de la iglesia católica que ha sido privilegiada en su participación en el proceso".
 
El president de ARMH añade que “valiente hubiera sido si el Gobierno hubiera invertido ese dinero en un museo dedicado a las víctimas de la dictadura, en un espacio bien comunicado y sin interferencias de la iglesia católica que narrase quiénes fueron las víctimas y quiénes fueron sus verdugos”. Y concluye: “El memorial del Valle de los Caídos es potencialmente fallido y sería mejor que el Gobierno gastara ese dineral en buscar a las familias de los miles de cuerpos que ha exhumado y por una metodología equivocada no ha identificado”.

Representació feixista en un mosaic de la cúpula basílica Valle Caídos
Representación fascista en un mosaico de la cúpula de la basílica del Valle de los  Caídos