La Crida per la República que impulsa Carles Puigdemont se ha instalado en un local en el Eixample de Barcelona, al lado de la delegación del Gobierno español en Barcelona, que ahora encabeza Teresa Cunillera.

El local, que se estrenó este lunes y esta mañana del martes todavía tenía colgado el cartel de la inmobiliaria, está en la calle Roger de Llúria 119 de Barcelona, entre Provenza y Mallorca. A cien metros de distancia, en la esquina de Roger de Llúria con Mallorca, está el palau Montaner, donde tiene la sede la delegación del gobierno español. Este edificio oficial ya no está blindado con vallas, como lo estuvo durando meses cuando era el responsable el popular Enric Millo.

El local está formado por unos bajos con un gran escaparate que hace visible el interior y, tiene tres niveles, planta baja, altillo y sótano, que sumarían unos 200 m2. Todavía no está del todo acondicionado aunque ya se han habilitado mesas de trabajo y se hacen reuniones.

Registro como partido

La Crida tiene ya más de 13.200 fundadores -que han tenido que pagar como mínimo 10 euros- y de 52.500 adheridos, y con la apertura de la nueva sede quiere subrayar su personalidad independiente de las formaciones con que comparte espacio político, y muy especialmente del PDeCAT.

El entorno de Puigdemont ha aprendido la lección con la experiencia de JxCat, la candidatura electoral liderada por el presidente desde el exilio con que se presentó el 21-D a las elecciones. Ahora ya no puede utilizar la marca porque seis meses después de los comicios la registró el PDeCAT. De hecho, el PDeCAT ya ha dicho que utilizará estas siglas para concurrir a las elecciones municipales.

Fuentes del nuevo movimiento, que celebrará el congreso constitutivo el 19 de enero, aseguran que ya han iniciado los trámites para inscribir la Crida en el registro de asociaciones y en el de partidos para evitar que se vuelva a producir esta situación. Esta vez han prestado especial atención a que todas las identificaciones y direcciones con que se ha tenido que registrar no tengan nada que ver con la formación demócrata.

Tensión con Bonvehí

Todavía no hay un acuerdo sobre la forma como la Crida acudirá a las municipales, especialmente por lo que respecta a Barcelona, y voces de este movimiento no descartan apoyar una candidatura ciudadana o, al contrario, todos los candidatos independentistas, en caso de que no sea posible impulsar una candidatura unitaria o cerrar un acuerdo con el PDeCAT para impulsar un espacio transversal.

De hecho, entre los impulsores de la Crida figura el delegado de la Generalitat en Madrid, Ferran Mascarell, que ha dejado clara su disposición a contribuir a los comicios y está preparando su equipo.

No obstante, el coordinador del PDeCAT, David Bonvehí, insistía el lunes en rueda de prensa en que su partido se presentará con las siglas de JxCat a las municipales lo cual es una "filosofía de transversalidad". "Eso no quiere decir que un actor como la Crida no participe también en la candidatura de Barcelona", añadió, además de asegurar que su candidata Neus Munté está dispuesta a ser "generosa" para favorecer un proyecto transversal.

Las palabras de Bonvehí provocaron malestar la Crida y uno de sus impulsores, Agustí Colomines, lo dejó claro en Twitter. "Aún hay quien no ha entendido nada. O si lo ha entendido, sencillamente quiere volver a provocar un descalabro. Esto no va de sillas", advirtió en referencia a las palabras de Bonvehí.