Nunca es agradable convivir con un taladro en la pared de al lado. Pero en una situación de confinamiento forzoso donde la directriz es es "quédate en casa", todavía puede ser más insoportable. En previsión al alargamiento de los días de reclusión, el Ayuntamiento de Barcelona ha hecho un llamamiento a parar todas las obras que todavía están en marcha en pleno estado de alarma. El consistorio no tiene competencias para prohibirlas y por eso pide colaboración al Gobierno de España.

Cuando se decretó el estado de alarma, el gobierno Colau paralizó las 72 obras públicas que se encontraban en funcionamiento. Ahora bien, actualmente hay 13.000 licencias otorgadas sobre las cuales el Ayuntamiento no puede actuar. Si bien es verdad que muchas empresas han optado por aparcarlas hasta que acabe la situación de emergencia, hay muchas otras que continúan. El Ayuntamiento ha pedido al ejecutivo de Pedro Sánchez que revise las medidas de confinamiento del decreto de alarma para que se acaben las obras.

Así lo ha trasladado la propia alcaldesa, Ada Colau, durante una comparecencia de la mano del teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle y la concejala de Salud, Gemma Tarafa. Es la primera vez en dos semanas que Colau puede comparecer físicamente desde el Ayuntamiento. Hasta ahora se encontraba en cuarentena porque había estado en contacto con una persona contagiada de Covid-19. Hace 24 horas que acabó su periodo de aislamiento preventivo. 

Del mismo modo, Batlle ha expresado preocupación por el aumento de cacas de perro y basura en las calles de Barcelona. En este sentido ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para extremar las medidas de higiene.

Primeros 225 sin hogar en la Fira

A la misma rueda de prensa, Colau ha anunciado que este miércoles se abrirá ya el pabellón Victòria Eugència de la Fira de Barcelona que, en coordinación con el ejército se ha habilitado para acoger a personas sin hogar. En una primera fase entrarán 225 personas.

Desde el Ayuntamiento dejan claro que no se trata de un hospital de campaña, sino de un espacio de acogida para personas vulnerables. Actualmente el consistorio de la capital catalana da refugio a 2.200 personas. Con esta ampliación pretende dar cabida a unas 385 más, la mayor parte de los cuales en la Fira.

En paralelo, se ha preparado un espacio específico con capacidad para 30 personas gestionado por el Hospital Sant Joan de Déu en caso de que alguno de los refugiados dé positivo en coronavirus.