El nombramiento de José Crespín como subdelegado del Gobierno en Lleida ha atizado los rumores sobre la possible marcha del alcalde, Àngel Ros, de la Paeria, según aseguran fuentes próximas al grupo municipal. Crespín, ademá de yerno de Ros, era hasta ahora el jefe de gabinete del alcalde.

Esta hipotesis se ha visto alimentada por las polémicas en que se ha encontrado envuelto Ros los últimos meses a causa del procés independentista, desde las protestas a raíz de las declaraciones en que consideró proporcionadas las cargas policial del 1-O hasta la bronca que recibió en la exposición de la obra Presos Políticos en la España contemporánea o las críticas por su presencia en manifestaciones de SCC.

Las críticas de ciudadanos habrían llegado a provocar un profundo malestar a Ros que habría comentado con miembros de su grupo la voluntad de poner punto y final en su recorrido como alcalde.

En este contexto una de las preocupaciones del alcalde, aparte de su propia salida profesional, habría sido la del jefe de gabinete.

Crespín se ha encontrado en el centro de varias polémicas, como el enfrentamiento con una mujer que protestaba en la calle contra el alcalde. Aunque es funcionario de la Diputación de Barcelona, reincorporarse a este trabajo le obligaría a abandonar Lleida. En cambio la subdelegación del gobierno le permite mantenerse en la capital del Segre.

Una vez reubicado el jefe de gabinete, fuentes cercanas al grupo municipal, consideran que Ros habría desbloqueado uno de los principales impedimentos para finalizar, incluso antes de acabar la mandato, según algunas fuentes, aunque otros aseguran que su voluntad es completar los cuatro años.