El politólogo Ramón Cotarelo ha valorado en su blog el discurso del president Torra, reconociendo que él "se quedó corto" cuando pronosticó que sería seguido con mucha atención en la Moncloa, en la Zarzuela y en las cancillerías extranjeras. "Me quedé corto. Era tanta la atención que, al cabo de 5 minutos de acabar el discurso del president, ya poblaban el ciberespacio declaraciones al respeto de los diferentes líderes políticos. El Gobierno [español] elevó el rango de la respuesta a la categoría de rueda de prensa de su portavoz, Isabel Celaá. Ha avisado el president de la Generalitat de que las sentencias de los tribunales se tienen que cumplir. A lo que él contestará que no a las sentencias injustas", ha indicado.

Según Cotarelo, estos son los términos del conflicto: "el Estado se empeña en aplicar una legalidad cuya legitimidad es negada por la Generalitat". En su opinión, Torra utilizó formas suaves pero con un fondo duro. "Puño de hierro en guante de terciopelo. Los principios y finales se mantienen: derecho de autodeterminación, independencia, y por el camino, liberación de los presos políticos". Considera que hablar tan sólo de una moderación del mensaje y una contradicción por ofrecer un referéndum pactado es un "batiburrillo que no cuela".

El politólogo considera que el formato del acto, en el Teatre Nacional de Catalunya, fue la escenificación "de una nueva etapa en el proceso a la independencia". "Aquella en la que, mediante la Diada y el primer aniversario del 1-0, las instituciones y los políticos devuelven la voz a la ciudadanía para que ésta renueve su mandato en los términos en que se produzca. La verdadera propuesta de Torra es un recurso a la gente que es la verdadera protagonista del procés. Por si alguien tiene alguna duda, él mismo visualiza este recurso como una gran marcha por los derechos civiles y políticos, inspirada, probablemente, en las grandes marchas de los tiempos de la lucha por estos derechos a los Estados Unidos", concluye.