La secretaria general del Partido Popular y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, presentará candidatura a liderar la formación y renunciará a la secretaría nacional del partido una vez sea nombrada candidata. Cospedal ha argumentado que dejará el cargo para "garantizar la imparcialidad del proceso electoral y la igualdad entre todos los candidatos", ahora bien, la secretaría general también ha confirmado que no dejará la presidencia del PP en Castilla-La Mancha, porque es compatible con el proceso electoral.

Cospedal lo ha anunciado desde Toledo, en la Junta Directiva de Castilla-La Mancha, hacia las 11 h. Su enemiga política dentro de la formación, Soraya Sáenz de Santamaría, se le había adelantado al comunicarlo a través de un tuit a las 10 h. Cospedal ha prometido "dar la batalla con todas las energías" para "liderar y servir" al partido, al considerar que tenía "la experiencia" adquirida en su trayectoria "profesional y personal".

"Quería que la decisión estuviera fuera de cualquier pretensión personalista. Lo he consultado con muchos compañeros y amigos", dijo la precandidata.

Esto ocurre después de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el preferido por los votantes del PP según algunos sondeos, renunciase a presentar batalla en el congreso de los días 20 y 21 de julio, apelando al compromiso que habría adquirido con la ciudadanía gallega, que le reeditó la mayoría absoluta el pasado año 2016, en las elecciones autonómicas –único presidente del PP que mantiene este mérito. "No puedo fallar a los gallegos porque sería fallarme a mí mismo. Soy presidente de la Xunta porque una mayoría de ciudadanos así lo ha decidido en las urnas", dijo excusándose en varias ocasiones.

Cospedal (Madrid, 1965) también es abogada del Estado y ha sido la principal mano derecha de Rajoy al frente del partido a lo largo de los duros años de la polémica por el despido en "diferido" de Bárcenas, los discos duros, el 15-M, o el juicio de la trama Gürtel. Encargada de pasar lista en las filas del partido y hacer el trabajo sucio como el de despedir a la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes, Cospedal ha demostrado su valía política al frente del Ministerio de Defensa, cuando en menos de una semana pidió disculpas a las víctimas por el accidente del Yak-42.

Sin embargo, su proyección pública ha sido menor que la de la exvicepresidenta Sáenz de Santamaría, de las que a menudo se ha comentado que existe una profunda rivalidad. Ambas protagonizaron la última imagen del 2 de mayo, donde casi ni se dirigieron la mirada. Por ese mismo motivo, se especula que Cospedal podría invertir esfuerzos en torpedear la posibilidad de que la exvicepresidenta se haga con el poder.

En contra de Santamaría juegan otros archienemigos como el exministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, y los rumores apuntan a que ella habría sido artífice que dejara de ser ministro. Margallo mismo aseguró hace unos días que haría "todo lo posible" para que ella no llegara a portavoz del grupo parlamentario ni a líder.

De hecho, el político valenciano es uno de los que se presenta a la contienda, además del diputado y vicesecretario del PP, Pablo Casado, el diputado José Ramón García Hernández y el expresidente de Nuevas Generaciones del País Valencià, José Luis Bayo.