El papel de las Fuerzas Armadas españolas y del Ministerio de Defensa es mucho más relevante que nunca como plataforma diplomática, no solo militar. Ahora mismo, los contingentes españoles forman parte de seis misiones internacionales de la Unión Europea, siete de la OTAN, tres de Naciones Unidas y cuatro más en las que España colabora. España participa bajo bandera europea en la República Centroafricana, Mali, Somalia, Senegal y contra la piratería en el océano Índico. Con la OTAN está en Iraq, Turquía, como policía aérea del Báltico, en misiones conjuntas navales por todo el mundo, Letonia, Afganistán y contra el terrorismo en el mar. Como parte de los cascos azules participa en el Líbano, Gabón y Colombia. Individualmente, las fuerzas armadas españolas operan en Mauritania, Senegal –con Francia–, Túnez y el golfo de Guinea. Hay 2.605 militares desplegados en el exterior.

Esta participación militar vía organismos internacionales o coaliciones multinacionales ha conseguido que España sea un actor relevante en el campo de la Defensa. Desde que la ministra Cospedal se sienta en el ministerio, se han iniciado tres misiones: seguridad cooperativa en Túnez, la operación Sea Guardian contra el terrorismo marítimo y la presencia avanzada reforzada dentro de la OTAN. No és casual, pues, que los principales mandos militares españoles actuales son o hayan sido altos responsables de la OTAN:

  • El JEMAD (jefe de Estado Mayor de la Defensa), teniente general Fernando Alejandre, es el militar de más alta graduación de la organización atlántica.
  • El JEME (jefe de Estado Mayor del Ejército), teniente general Francisco Javier Varela Salas, comandó la Fuerza Terrestre del Ejército y las Fuerzas Ligeras. Sirvió en Kosovo y Afganistán.
  • El AJEMA (almirante jefe de Estado Mayor de la Armada), almirante general Teodoro Esteban López Calderón, fue miembro de la Junta de Doctrina de Guerra Electrónica de la Armada.
  • El JEMA (jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire), teniente general Javier Salto Martínez-Avial, es director del Gabinete Técnico del Ministro de Defensa desde 2015.
  • El IGE (inspector general del Ejército), general Fernando Aznar Ladrón de Guevara, ha participado en misiones de defensa nuclear, biológica y química, ha formado parte del Estado Mayor Conjunto de la Defensa en el SHAPE (Supreme Headquarters Allied Powers Europe) y fue director de la Academia de Infantería de Toledo cuando Dolores de Cospedal era presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha.

Estos nombramientos en el ministerio y en las Fuerzas Armadas no son casuales. A día de hoy, la Defensa se ha convertido sin duda en un nuevo canal diplomático. El incremento de la amenaza terrorista por todo el mundo o el hecho de que dos países compartan enemigos comunes provoca que la seguridad y la Defensa sean un canal diplomático preferencial. Ejemplos los encontramos en los vínculos entre Israel y Arabia Saudí, que parecían imposibles y son muy reales porque en el ámbito de la Defensa les une un enemigo común: Irán. Igualmente, los acuerdos nucleares entre Estados Unidos e Irán, que han desestabilizado la región y provocan reticencias en los estados del Golfo Pérsico y en los países suníes, que ya proyectan crear una gran alianza militar multinacional islámica. De forma similar aparece en la escalada de tensiones en Cachemira, que ha provocado el acercamiento entre Pakistán y China para hacer frente a la India y, al mismo tiempo, un enfrentamiento indirecto entre China y los EE.UU, aliado de la India.

Desde el campo de la Defensa no solo se lleva a cabo una tarea de pacificación, sino que se siembra la semilla de una colaboración entre Estados a largo plazo

En esos escenarios, España tiene un papel fundamental. Su despliegue de tropas de apoyo o de mantenimiento de paz en países como Afganistán, Iraq o en zonas de conflicto latente del Sahel, es un actor más. Como actor militar regional tiene también influencia económica y política, y por tanto, desde el campo de la Defensa no solo se lleva a cabo una tarea de pacificación, sino que se siembra la semilla de una colaboración entre Estados a largo plazo. A diferencia de la antigua diplomacia que predominaba después de la Guerra Fría, principalmente cultural y económica, la desestabilización regional en Oriente Medio fruto de las revueltas árabes y la aparición de nuevos actores como Estado Islámico en 2006, con células y milicias simpatizantes por todo el mundo, la situación cambia de manera global y da paso a esta nueva era diplomática, en la que las tensiones entre los EE.UU. y Rusia consolidan el mundo de nuevo en dos bloques, pero con muchos más actores fuertes esta vez.

Actores que, pese a alinearse en uno de los dos bloques, colaboran con actores del otro bloque por simpatía en el campo de la Defensa o la seguridad. Así se puede entender por qué España, un país de la OTAN, permite que una flota rusa rumbo a Siria se abastezca en un puerto español. Otro caso es la misión española en Turquía, donde está en funciones antiterroristas. El hecho de que España forme parte de la Unión Europea y esta marque distancia con el gobierno turco, no impide que España tenga presencia en la base militar de Incirlik, mientras Alemania está revisando si continúa allí tras el fallido golpe de Estado y las tensas relaciones con el presidente Erdogan.

De Cospedal, como ministra de Defensa, se encuentra en una situación compleja. Las perspectivas son de necesidad de intervención militar en zonas subsaharianas, en Oriente Medio y Afganistán, donde España tiene efectivos. Al mismo tiempo, tiene que equilibrar su presencia en las misiones de la OTAN ante la amenaza rusa y en las de la Unión Europea para consolidar a un ejército europeo que no dependa de los EE.UU. En todo caso, España tiene mucho a decir por su privilegiada situación geográfica y porque es abanderada dentro de la UE en ciberseguridad, uno de los nuevos campos de batalla. Por lo tanto, habrá que estar atentos a corto y medio plazo a los nombramientos ministeriales, a qué reuniones asiste la ministra y qué nuevos acuerdos surgen, pues marcarán la agenda del país en todos los ámbitos a largo plazo.