El Síndic de Greuges pide al Departamento de Educación que planifique el nuevo curso escolar de forma que sea presencial para todo el mundo, evitando la modalidad híbrida. También reclama un plan específico para los centros de alta complejidad.

En un informe, alerta de que muchos alumnos desfavorecidos no han podido seguir la actividad lectiva de manera adecuada durante estas últimas semanas. La actividad lectiva a distancia, concluye, no garantiza los aprendizajes. El Síndico apuesta, sin embargo, por mantener esta modalidad educativa en lo que queda de curso, reservando la apertura de centros para garantizar la atención de situaciones de más vulnerabilidad y de imposibilidad de conciliación, así como para la preparación de pruebas como la selectividad.

En un informe titulado 'Los centros educativos con elevada complejidad ante la crisis derivada de la covid-19', el defensor constata que muchos alumnos no han podido seguir la actividad lectiva a distancia, no sólo por problemas de conectividad, sino también por déficits de acompañamiento familiar y por problemas de desafección escolar acentuados en la actual situación de confinamiento. Es precisamente por este motivo que el Síndico cree que la modalidad no presencial o semipresencial no se puede mantener de cara al curso 2020-2021.

Según el Síndico, hay que hacer todo el posible para iniciar el curso en modalidad presencial para todo el alumnado, utilizando si hace falta la red de equipamientos del entorno de las escuelas, porque la actividad lectiva a distancia, insiste, no garantiza el buen funcionamiento del currículum para el conjunto del alumnado. Tampoco considera óptimo la actividad lectiva por turnos en días alternos, y recuerda que se puede modificar el horario escolar para ampliar la capacidad de atención en grupos más reducidos.

En este retorno el próximo curso, pide que se haga un plan específico en el caso de los centros con elevada complejidad. Si hay que aplicar medidas de distanciamiento social, el informe subraya que habrá que buscar espacios alternativos, como escuelas próximas con menos concentración de alumnado socialmente desfavorecido o equipamientos municipales.

En esta línea, apuesta por incrementar plantillas y recursos en los centros de gran complejidad para garantizar la igualdad de oportunidades con respecto al alumnado escolarizado en otras escuelas. Así, el defensor plantea que el plan de desconfinamiento tenga medidas de discriminación positiva específicas para este tipo de centros. Cree que hay que incrementar las dotaciones de personal docente, con asignaciones de profesionales del ámbito social (técnicos de integración social, educadores sociales, trabajadores sociales), del ámbito de la salud (psicólogos, logopedas) y de figuras profesionales como las de los promotores escolares o el personal técnico de integración social.

En Catalunya, el 20,9% de centros de primaria y el 16,4% de centros de secundaria son con elevada complejidad. Estos centros, mayoritariamente públicos (93,1%), escolarizan a 128.997 alumnos de primaria y 53.865 alumnos de secundaria.

El retorno antes de que acabe el actual curso tiene que estar muy orientado, según el Síndico, a responder necesidades específicas, como la conciliación de la vida laboral y familiar, la atención de situaciones de vulnerabilidad social y de déficits de acompañamiento familiar, y la preparación de pruebas como la selectividad. Por eso, el defensor apuesta por continuar con el seguimiento de la actividad lectiva a distancia hasta a final de curso y, en todo caso, abrir los centros para organizar servicios de atención socioeducativa del alumnado, con una función lúdica, de refuerzo escolar y de acompañamiento en el seguimiento de la actividad lectiva a distancia.

Las mismas condiciones de escolarización para todo el mundo

El informe reclama al Departamento de Educación que garantice las mismas condiciones de escolarización al conjunto del alumnado el próximo curso, porque considera que no puede ser que haya alumnos que sigan diferentes modalidades de escolarización (presenciales o híbridas) en función de la disponibilidad de espacios. Eso supondría un riesgo de desigualdad entre centros en el proceso de aprendizaje del alumnado.

Además, el trabajo expone que el confinamiento se traduce en dificultades derivadas de la falta de finalización de los programas curriculares previstos este curso, riesgos en la transición a la educación secundaria obligatoria, o el riesgo de abandono educativo prematuro. Es por eso que apuesta por simplificar el currículum y desplegar medidas organizativas flexibles para reforzar los aprendizajes en competencias básicas. A su parecer, hay que redefinir los contenidos competenciales a desarrollar para cada nivel educativo durante el curso 2020-2021, incorporando las competencias básicas inicialmente previstas para la segunda parte del actual curso.

Además, defiende hacer un acompañamiento en la transición de la educación primaria a la educación secundaria obligatoria, con programas de orientación en la transición de las enseñanzas obligatorias a los postobligatorios.

Considera también que hace falta adaptar la evaluación para poner límites a la repetición, y establecer programas de refuerzo escolar y de acompañamiento familiar a través de los planes educativos de entorno y de los servicios de intervención socioeducativa (centros abiertos).

Con respecto a las consecuencias económicas de la pandemia, que influyen después en el rendimiento educativo, el Síndico reclama que se desplieguen las convocatorias de ayudas a la escolaridad, previstas en la LEC y no convocadas actualmente. También apuesta para que se dé continuidad de las becas de comedor escolar aunque la educación no sea totalmente presencial el próximo curso. Defiende, asimismo, incrementar la financiación de los centros públicos y concertados con elevada complejidad para dar cobertura a los costes de escolarización de los alumnos de familias con dificultades económicas.

El defensor recuerda que hay 91.224 alumnos de educación infantil de segundo ciclo, primaria y secundaria obligatoria en situación de privación material severa, 141.337, con beca de comedor escolar o 182.862, escolarizados en centros con elevada complejidad.

Ante la posibilidad de que haya que volver al confinamiento o que finalmente el curso empiece no empiece de forma totalmente presencial, el Síndico reclama que esté garantizada la distribución de dispositivos electrónicos y conectividad a todo el alumnado que no tenga acceso.