El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, ha repetido las mismas medidas que el equipo técnico que dirige la lucha contra el coronavirus ha publicado esta tarde: 1'3 millones de mascarillas nuevas, la compra de 649.000 nuevos tests, la entrada de 14.000 médicos jubilados al sistema sanitario y nuevas medidas como la desinfección de algunas residencias de personas mayores en Madrid a partir de mañana. No ha sido hasta, prácticamente, el final de su comparecencia que ha hablado de la parte más política de esta crisis.

Sin llamar a ningún político crítico con la gestión del Gobierno, sí se ha referido indirectamente a ellos. Sánchez se ha querido desmarcar de cualquier polémica y ha reiterado que "ahora no pueden haber reprochado cuando lo que se tiene que poner encima de la mesa es salvar vidas, trabajo y empresas". Y por eso ha remarcado, una vez más, que "el deber es mantener la unidad". El presidente español ha querido ir más allá y ha afirmado: "Ninguna persona de mi gobierno polemizará con la administración ni ningún otro político porque el enemigo de verdad es el virus", y ha añadido: "Si alguien polemiza, nosotros conciliaremos".

Una conciliación que no se ha visto en los últimos días. Esta semana, la ministra de defensa, Margarita Robles, ha tildado "desleal" y "de no tener altura" el presidente Quim Torra. También el presidente del PSC, Miquel Iceta, ha considerado "de irresponsable" la entrevista de Torra en la BBC para explicar en la cadena británica la petición de confinamiento total que pide el gobierno catalán. Sobre el encuentro telemático de mañana con los presidentes autonómicos, y en concreto con el presidente Torra, ha dicho que "no habrá reproches, ahora todo eso es menor".

Por otra parte, la pregunta más repetida por toda la sociedad es cuando acabarán las medidas decretadas de confinamiento y cuando se llegará al pico más alto de contagios. Sánchez no ha concretado ninguna respuesta: "Todos los españoles tienen que seguir lo que hemos pedido y las administraciones vamos a la una". También ha reconocido que España "no estaba preparada pero se han seguido desde el principio los consejos de los expertos de la OMS". Y ha reiterado su felicitación "por el civismo" de la mayoría de la ciudadanía.

Una de las demandas mayores son los tests nuevos, conocidos como TCR. En este caso, Sánchez defiende que lo más importante es que estén homologados: "Se ha materializado la compra de estos TCR que tienen que ser fiables". El escenario que ha ilustrado el presidente español es similar "al de la Segunda Guerra Mundial" y por eso también habrá medidas posteriores como "hacer frente a una fuerte inversión en la investigación". De hecho, ha admitido que "todo acabará cuando llegue la vacuna que no se sabe si será de aquí unos meses o un año".