El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha mostrado desde el inicio del confinamiento maneras de ver las cosas diferentes a las del Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque ambos son socialistas, Puig siempre ha priorizado las demandas del País Valencià: como ejemplos, el pedido que hicieron en paralelo al Estado para proveerse de mascarillas y guantes, la apuesta por abrir las playas y ahora proponer una desescalada que nada tiene que ver con la que ayer anunciaron desde Madrid.

La consellera valenciana de Sanidad, Ana Barceló, ha informado en la rueda de prensa diaria para dar a conocer los últimos datos, de que el desconfinamiento se tiene que hacer por comarcas y no provincias: "Consideramos que las fases anunciadas por Sánchez se tienen que hacer desde una asimetría", entendida por departamentos de Salud. Y la mejor manera es la estructura que plantea la propia comunidad, basándose en los "informes epidemiológicos y técnicos" encargados.

Ante una posible negativa de Sánchez, la consellera avisa: "Tenemos capacidad propositiva y así lo trasladamos al ministerio de Sanidad". También pide "prudencia" a la hora de pronunciarse sobre cada fase de la desescalada porque "una vez se llega a un estadio, tiene que haber la capacidad de consolidarse y tener perfectamente controlada la cadena de contagios". El gobierno de Ximo Puig va más allá del cambio de provincias y también avisa de que analizarán las cuatro fases del gobierno central y trasladarán sus variaciones a Madrid.

ContadorLa propuesta ha sido aplaudida por el president Quim Torra, que la considera de "sentido común". Anteriormente, Torra también ha aplaudido el reclamo de otros líderes de comunidades como la presidenta balear, Francina Armengol.