El conseller d'Educació, Josep Bargalló, empieza a dar algunas pistas del desenlace del curso escolar después del confinamiento por el coronavirus. Siempre siguiendo las recomendaciones y lo que dicten los expertos, confía "al poder volver en las aulas después de Sant Joan", tal como ha explicado a Aqui Cuní para Ser Catalunya.

Aunque ha advertido que este retorno no se hará a la vez por todos los centros sino que será progresivo en función de los puntos calientes de la COVID-19: "No todos se harán el mismo día".

Por otra parte, tampoco ve que el modelo sea el italiano para que los estudiantes superen este curso roto: "El concepto de aprobado general está anticuado". Y por eso plantea no entender que el 12 de marzo se acabó el curso, sino que se inició un proceso nuevo "de trabajo, de contacto entre profesores y alumnos para no perder los hábitos." Y considera que aquellos que en las primeras evaluaciones no superaran la materia planteada, ahora es un buen momento para recuperarla.

Bargalló también ha querido aclarar que nadie "suspenderá por lo que haga a partir de Semana Santa". Sobre la posibilidad de alargar las fechas del calendario académico, el conseller ha sido tajante: "No podemos acabar en agosto porque eso significaría empezar el próximo curso el mes de noviembre, es vestir a un santo para despojar otro".

Tan sólo se harán excepciones en las prácticas de formación profesional que se reanudarán cuando se pueda o los alumnos de segundo de bachillerato que también alterarán el calendario de la selectividad.

La Generalitat ha calculado que hay 55.000 familias que no disponen de conectividad u ordenadores necesarios para que sus hijos puedan seguir el curso a distancia. Por eso, Bargalló ha asegurado que se está trabajando "para que todo el mundo lo tenga, también el profesorado" que se ha detectado que no dispone en menor medida de este acceso.

El conseller ha adelantado que pondrán a disposición 23.000 paquetes de datos y la ayuda de los ayuntamientos acabará de proveer los más vulnerables.