Convergència baja esta tarde definitivamente la persiana. Lo hace cuarenta años después de su creación en Montserrat y cuando todavía no hace dos años que la confesión de la deixa de Jordi Pujol dejó al partido herido de muerte. Será un entierro sin especial liturgia que se ventilará en poco más de tres horas, una vez se ha constatado que el famoso 'pal de paller' ha quedado demasiado carcomido para resistir más tiempo.

El congreso, que presidirá el exalcalde de Barcelona Xavier Trias, tendrá que aprobar el acuerdo de transitoriedad entre Convergència y la nueva fuerza política que se impulsará una vez acabe este último congreso convergente, así como la consecuente modificación estatutaria.

Tres nombres históricos para custodiar el hilo de vida latente

El partido ha designado tres nombres históricos para custodiar el hilo de vida latente que se le ha tenido que proporcionar por razones jurídicas en los restos de la formación.

En una curiosa elección, en este triunvirato aparece un nombre, Carles del Pozo, exgerente de la formación que fue detenido en el marco de la operación Petrum cuando era secretario del patronato de la fundación Catdem.

Del Pozo se encargará del tema financiero, mientras un histórico de CDC de L'Hospitalet, Jacint Borràs, padre de la consellera Meritxell Borràs, asumirá las funciones de representación, y una diputada de JxSí, Roser Olóndriz, será la defensora del militante.

Estos nombres tendrán que ser ratificados por el congreso, aunque una modificación del reglamento impuesta por el sector de Germà Gordó ha dejado abierta la puerta a la presentación de otras candidaturas.

El congreso, que tendrá que aprobar el último informe de gestión del partido y rendir cuenta de los resultados del superdissabte del 21 de mayo, se cerrará con una intervención del presidente de CDC, Artur Mas.