El Congreso ha reprobado al número dos del Ministerio del Interior, José Antonio Nieto, en el marco de la Operación Lezo por haber hecho presuntamente un chivatazo a Pablo González, hermano de Ignacio González –expresidente de la Comunidad de Madrid– en el marco de esta trama, durante una reunión que ambos mantuvieron en el ministerio hace meses. Es la segunda reprobación de un alto cargo, después de la del ministro de Justicia, Rafael Catalá, hace unas semanas.

La propuesta partía del PSOE y ha tenido sus votos a favor, y los de Unidos Podemos y confluencias, ERC y PDeCAT (161). Se han abstenido Ciudadanos y el PNV (36) con el voto del Partido Popular en contra (131). 

El portavoz republicano, Gabriel Rufián, sin embargo, no le ha parecido suficiente la reprobación. Ha instado "al nuevo PSOE" a "ser valiente", e ir más allá y pedir la dimisión de Zoido. Rufián ha recordado las palabras de Nieto durante una comparecencia urgente en la comisión de Interior en el Congreso y ha dudado de su veracidad, entonces el secretario de Estado dijo que sólo se había reunido con González, de los "hermanos Dalton-González" –como los ha tildado el diputado de ERC– para hablar de MERCASA, una empresa pública del Estado. "Sobre la cría del salmón", se ha mofado Rufián.

El representante de Unidos Podemos, Rafael Mayoral, ha centrado parte de su discurso en los vetos que asegura que PP, PSOE y Cs habrían puesto a la comisión de la Operación Catalunya. Ha pedido el cese de Nieto por haberse reunido con el hermano del expresidente de la Comunidad de Madrid y le ha rebatido que tuviera tiempo para encontrarse con él y no con los representantes de determinados cuerpos policiales, como la Guardia Civil.

El representante de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, ha defendido su abstención alegando que se estaba desvirtuando la figura de la reprobación y se acabaría amonestando incluso a los ujieres. Ahora bien, Gutiérrez considera que se tendría que pedir que el ministro cesara su número dos por "torpe", aunque las informaciones en prensa bien podrían ser "sesgadas" al respecto.

El portavoz del PNV, Mikel Legarda, se ha mostrado más prudente y ha afirmado que había que esperar que se levantara el secreto de sumario para tomar estas acciones.

Pese a no haberse quedado solos, a los populares no les ha sentado bien la reprobación y han mantenido el argumento de los últimos meses sobre la "presunción de inocencia" y la posible manipulación de la conversación. El portavoz José Alberto Martín Toledano ha asegurado que había una voluntad de linchamiento público al Gobierno y que cuando se levantara secreto de sumario "alguien se tendría que tragar sus palabras".