A poco más de un mes de las elecciones generales, una de las grandes dudas que se plantean los partidos independentistas es qué se tendría que hacer en caso de que la investidura de Pedro Sánchez, para evitar un gobierno formado por la derecha y la ultraderecha en el Estado, dependiera de sus votos. Esta misma semana, tanto Gabriel Rufián, candidato de ERC al Congreso, como el president de la Generalitat, Pere Aragonès, han propuesto que el independentismo acuerde un precio para esta posible investidura, dependiendo de los resultados electorales del 28-M. "Esta vez el precio tiene que ser más alto", reclamaba Rufián en una entrevista. Ahora, desde la CUP, ya han explicado cuál sería la condición para investir como presidente al socialista, a diferencia de lo que hicieron en enero del 2020, cuando votaron en contra. Y esta consistiría en que Sánchez fijara una fecha y la pregunta de un nuevo referéndum de autodeterminación, según han explicado fuentes de los anticapitalistas a la ACN: "Se tiene que poner encima de la mesa esta condición y abandonar la idea de las mesas de diálogo".

De esta manera, la CUP, que finalmente se volverá a presentar a las elecciones generales después de conseguir a dos diputados en noviembre del 2019, defiende que lo que hace falta en estos momentos es "garantizar un referéndum de autodeterminación" en Catalunya, casi seis años después de la celebración del 1 de octubre. Así, su propuesta, que hacen extensiva al resto de partidos soberanistas que concurren a las generales, es no investir a Pedro Sánchez si este no se compromete con un referéndum pactado. "Son ellos los que tendrán que escoger entre un gobierno con la extrema derecha o el derecho a la autodeterminación", sostienen desde la CUP en declaraciones en la ACN, aunque también reconocen que es difícil que Sánchez se mueva de su negativa. La última vez que Pedro Sánchez se pronunció sobre esta posibilidad fue a finales de diciembre del 2022, cuando se negó en rotundo. Según expresaba entonces, el procés "forma parte del pasado" y no contemplaba de ninguna de las maneras conceder esta demanda a los independentistas. Si su actitud fuera la misma y todos los partidos independentistas vieran con buenos ojos esta condición de la CUP, la investidura de Sánchez después de las elecciones se complicaría todavía más.

Acuerdo entre las fuerzas independentistas en el Congreso

Mientras Rufián reclamaba "subir el precio" del voto independentista, Pere Aragonès reclamaba este martes que este fuera "conjunto" entre todas las fuerzas que tengan representación en el Congreso, pidiendo que haya un "mínimo compartido" y dejar de lado la competencia entre independentistas, para pasar a la cooperación en Madrid. Aunque desde Junts inicialmente se propuso la posibilidad de una lista conjunta, esta se ha acabado descartando y desde Esquerra apuestan más bien por un acuerdo programático que podría incluir estas condiciones para investir a Pedro Sánchez.