El nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, se ha estrenado en el cargo con un discurso dirigido al resto de magistrados del TC en el cual ha incluido advertencias. Los avisos han ido dirigidos al independentismo, así como al Gobierno en el supuesto de que llegara a plantearse celebrar un referéndum de autodeterminación en Catalunya; y han servido para dar respuesta a las declaraciones de la flamante magistrada progresista María Luisa Segoviano, que la semana pasada encendió las alarmas en Madrid. "La Constitución no permite ni la secesión, ni la independencia ni la autodeterminación", ha aseverado el sustituto de Pedro González-Trevijano al frente del tribunal de garantías.

Segoviano afirmó en una entrevista en Onda Cero que la autodeterminación es "un tema complejo" que "se tiene que estudiar". "No se debe tener miedo a ningún planteamiento, a ninguna posición ni sugerencia", advirtió. Conde-Pumpido ha hecho un discurso en el que ha querido poner en valor la trayectoria de los nuevos magistrados que este lunes entraron en el Constitucional: Juan Carlos Campo, María Luisa Segoviano, Laura Díez y César Tolosa. Asimismo, habría intentado dejar claro también que el Constitucional tiene que proteger a las autonomías y también respetar la pluralidad dentro del ámbito territorial. Ahora bien, siendo eso compatible con la idea de que la Carta Magna no permite la autodeterminación de los pueblos que conforman el Estado.

Cándido Conde-Pumpido es presidente del Tribunal Constitucional desde este miércoles, después de que una estrecha mayoría de seis magistrados lo hayan escogido para situarse al frente de la institución. María Luisa Balaguer ha obtenido cinco votos, habiendo conseguido el apoyo del sector conservador, que la consideraba más idónea para el puesto al no tener un pasado tan arraigado a los partidos políticos. Conde-Pumpido tiene un currículum con tintes socialistas, en tanto que fue fiscal general del Estado durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.

Este martes, los magistrados progresistas celebraron una reunión en privado para intentar ponerse de acuerdo y presentarse al pleno del miércoles con un único nombre sobre la mesa. Fracasaron. Aunque el favorito de este sector era Conde-Pumpido, María Luisa Balaguer no dio su brazo a torcer y no retiró su candidatura. ¿El motivo? Confiaba recibir el apoyo de los conservadores y también obtener el voto clave de María Luisa Segoviano, que finalmente se ha decantado por el ex fiscal general del Estado.

Conde-Pumpido ha tenido también su participación en el procés. Ha coordinado la tramitación de los recursos presentados contra la causa judicial al procés independentista. Los intentos de este juez progresista han sido siempre los de conseguir la máxima unanimidad posible, pero acabó retirándose de este asunto después de que al president de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, lo recusara. El exfiscal general del Estado también fue magistrado de la Audiencia Nacional entre 1981 y 1985, de manera que vivió los años más duros del conflicto vasco. También ha sido magistrado de la sala de lo penal del Tribunal Supremo durante dos etapas. De hecho, llegó a este tribunal cuando solo tenía 45 años, el magistrado más joven en conseguirlo.