Mientras dentro del Parlamento de Catalunya los diputados van tomando posiciones en sus escaños, fuera, en la avenida President Companys, centenares de personas siguen, de nuevo, el pleno de constitución.
Son algunos centenares de personas que, para no perder la costumbre, van adornados con estelades, y hoy, por primera vez, y aunque no hace nada de frío, lucen las bufandas amarillas en recuerdo a los presos políticos. Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart están en la cárcel, y los tres primeros no pueden asistir al pleno del Parlamento por voluntad expresa del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que ha accedido solo a dejarles delegar su voto para constituir la Mesa del Parlamento y votar al nuevo presidente, Roger Torrent.
De nuevo, una vez más, aplausos mientras se ven las imágenes por la televisión gigante, como entran los diputados del bloque soberanista y silbidos cuando aparecen los líderes del bloque del 155 Inés Arrimadas y Xavier García Albiol.
El guion está escrito. Dentro y fuera. Mientras los Mossos de Esquadra blindan el parque de la Ciutadella, los lazos amarillos que hay en la valla presiden el escenario ciudadano que da apoyo al inicio de esta legislatura nada habitual.
También han encontrado su lugar los puestos de merchandising del proceso: urnitas en miniatura del 1-O, pins de lazos amarillos y chapas con la estelada. Todo escoltado, una vez más, por los medios de comunicación, que siguen atentos a cualquier movimiento que pueda romper la cotidianidad de la crónica de la mobilización ciudadana en la calle.
