Un centenar de personas se han concentrado en Palma contra los policías mallorquines infiltrados en el independentismo catalán, este viernes ante la Delegación del Gobierno. Técnicamente, la concentración ha sido para protestar contra el espionaje del Estado con ocasión del procés independentista en Catalunya. Los asistentes a la protesta se han solidarizado con las personas afectadas por la última infiltración de una agente mallorquina de la policía española descubierta en Girona. Antes, ya se había desenmascarado a otro policía mallorquín infiltrado en movimientos sociales de Barcelona.

La concentración ha contado con "caras destacadas" de movimientos sociales mallorquines y de la Esquerra Independentista, la principal impulsora de la convocatoria. Entre gritos de "fuera las fuerzas de ocupación" y contra la represión policial, los asistentes han criticado los últimos casos de espionaje policial. De hecho, han expuesto públicamente el nombre de la última policía española encubierta en Girona: Maria Isern Torres. También han señalado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como principales responsables de las últimas actuaciones policiales, que han tildado de "vulneración de derechos humanos".

Dos agentes mallorquines de la policía española

El último caso de un agente de la policía española infiltrado en el independentismo y los movimientos sociales fue destapado el pasado 14 de julio. Se trataba de una agente mallorquina infiltrada en movimientos independentistas de Girona durante tres años, que llegó a mantener una relación amorosa con un activista gerundense y miembro de los CDR. A principios de año, ya se había pillado a otro agente mallorquín infiltrado en Sant Andreu (Barcelona). Se hacía pasar por activista libertario y engañó a cinco chicas, las cuales presentaron una querella por abusos sexuales.

En total, se han destapado cuatro casos de infiltración policial en el último año. El primero de todos fue el de un agente menorquín encubierto, infiltrado en entidades de la Esquerra Independentista, como el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC) durante dos años. El caso de Sant Andreu fue el segundo, mientras que el tercero salió de Catalunya: fue un policía del Baix Llobregat infiltrado en movimientos sociales de València, descubierto en febrero de este año. El cuarto y último caso, de momento, es el de la agente mallorquina de Girona.