"¿Qué protocolos tiene este Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombi?" Esta es la pregunta que, aunque cueste creer, ha hecho el senador de Compromís Carles Mulet al Gobierno central.

La intención irónica de esta pregunta es, según Mulet, comprobar si la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes "reflexiona sobre la inutilidad y falta de concreción" de las contestaciones por escrito. Mulet se queja de que la función de control parlamentario "se ve impedida por parte del Ejecutivo", que hacen llegar a los senadores respuestas "que no aportan ningún tipo de información".

Así ha pasado, según explica, cuando ha presentado preguntas sobre los municipios que incumplen la Ley de memoria Histórica que tienen siempre "una respuesta genérica" que remite a la legislación ya conocida.

En referencia a los plazos de respuesta, fijados en un mes, Mulet ha lamentado que "nunca" se cumple y que las respuestas simplemente cumplen con la "obligación formal".