Ni Canadá ni el Reino Unido estaban obligados a tolerar o autorizar los referéndums de autodeterminación del Quebec y de Escocia pero lo hicieron por respeto al principio democrático. Este es el mensaje que el conseller de Sanitat Toni Comín recuerda en una entrevista al semanario francés L'Express (ventas: 292.548 ejemplares en 2016), de tendencia social-liberal.

El semanario pregunta si los referéndums del Quebec (1995) y Escocia (2014) son el modelo para Catalunya. "Sí", responde Comín. "La constitución canadiense tampoco preveía esa posibilidad y, sin embargo, Ottawa [la capital política del Canadá] lo permitió siempre que se la pregunta y la mayoría fueran claras. El Tribunal Constitucional canadiense exigió que, si ganaba el 'sí', se modificara la constitución [para permitir la secesión]".

El conseller explica la diferencia con el caso británico, pues el Reino Unido no tiene una constitución escrita. Aunque existía "la posibilidad de rechazar el referéndum", porque el Tratado de la Unión Escocia-Inglaterra lo establece "para siempre", el premier David Cameron aceptó el referéndum pues "aunque estaba profundamente de acuerdo con la unidad del Reino, también era un demócrata y le parecía justo tener en cuenta la opinión de los escoceses".

Democracias maduras

Eso demuestra que "Canadá y el Reino Unido son democracias maduras. Se dieron cuenta de que la base de la democracia es la negociación. España todavía tiene mucho que aprender", remacha.

Para defenderse de la acusación de unilateralidad, dice que "es el gobierno de Madrid que detonó la constitución al hacer estallar unilateralmente, en julio de 2010, el Estatut aprobado hacía cuatro años por el Parlament, el Congreso y el Senado, así como por los electores catalanes en un referéndum". El Tribunal Constitucional "había sido manipulado vergonzosamente, politizado por el Partido Popular. Los catalanes lo entendieron saliendo masivamente en la calle al día siguiente de esa decisión".

Sobre la ilegalidad del procedimiento, Comín replica que "las leyes no son inmutables. Tienen que evolucionar de acuerdo con las expectativas de la sociedad. Tenemos la intención de entrar en el marco del derecho internacional", añade. "El derecho internacional cambia y el derecho a la autodeterminación ya no se limita a antiguas colonias", como muestra el Tribunal Internacional de La Haya con su sentencia sobre Kosovo, "cuándo decidió que la declaración de independencia de este territorio no viola el derecho internacional".