La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha denunciado este domingo la "dejadez" del Estado con Catalunya en materia de inversiones pero también a nivel político. "Es como si hubiera dado por perdida Catalunya, es decir, 'como yo no sacaré rédito electoral en Catalunya, la saco de mis prioridades y ni siquiera cumplo con mis funciones mínimas obligatorias'", ha apuntado Colau en una entrevista que publica El Punt Avui.

Colau se reunirá el jueves en Barcelona con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y le planteará diferentes cuestiones, empezando por la situación de la Sagrera, "una de las grandes vergüenzas de la ciudad, una herida abierta que tiene un montón de barrios afectados desde hace años con unas obras paradas", se ha quejado.

En este sentido, ha considerado una "falta de respeto" que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, viniera a Catalunya el pasado martes e hiciera "anuncios a medias de cosas que ya se habían anunciado y a las cuales ya se habían comprometido", olvidando cuestiones tan importantes como la Sagrera. A su parecer, ha habido "clarísimamente una dejadez" del Estado y eso ha comportado, ha continuado, un incremento de personas en Catalunya a favor de cambiar esta relación.

Pero además de esta cuestión, Colau planteará otros temas a De la Serna, como la falta de financiación del transporte público por parte del gobierno español. En este punto, ha denunciado que Generalitat y Ayuntamiento han tenido que aumentar su aportación para congelar las tarifas mientras el Estado lo ha rebajado a la mitad.

Un tercer ámbito a tratar con el ministro será el de los alquileres. Ha reivindicado el esfuerzo que ha hecho el consistorio en materia de vivienda pero ha reconocido que está siendo "insuficiente", porque la regulación depende de la Generalitat y sobre todo del Estado. "Han liberalizado el mercado, tenemos contratos que sólo duran tres años, se están acabando y se están disparando los precios. Eso quiere decir una expulsión de la población de Barcelona", ha concluido. La alcaldesa ha pedido que se ponga un tope a esta escalada de precios y ha reclamado las competencias para hacerlo desde el Ayuntamiento si es que el Estado no lo quiere hacer.

"Si el Estado tiene alguna buena voluntad de demostrar que quiere cambiar su relación con Catalunya, tiene la oportunidad perfecta", ha concluido haciendo referencia a la reunión del jueves y haciendo especial énfasis sobre la Sagrera. Con respecto a otra obra, la de Glòries, ha apuntado que la cuestión está en manos de los servicios jurídicos, que tiene que determinar que puede hacer el Ayuntamiento ante los retrasos y los sobrecostes. 

"La gente está cansada de disputas"

Por otra parte, en clave interna de cara a la construcción del nuevo partido y después de que el líder de Podem, Albano-Dante Fachin, haya retirado su candidatura, Colau ha recordado que "la gente está cansada de disputas" y ha defendido la necesidad que el nuevo partido "nazca de la forma más ilusionante y más amplia posible".

Sobre el intento de ocupación de la sede del PP en Barcelona por parte del colectivo juvenil Arran, próximo a la CUP, Colau ha remarcado que en democracia es "normal" que se hagan acciones de protesta siempre que sean pacíficas, y los partidos y las instituciones tienen que asumirlas. "Estamos hablando de una acción que era una ocupación simbólica, que llevaba urnas. Yo entiendo que se pueda no compartir, pero de aquí a decir que no es legítimo...", ha argumentado.

Responsabilidades a Mas

La alcaldesa también ha aprovechado para pedir al expresident de la Generalitat Artur Mas que asuma responsabilidades por el caso Palau. "Hay tantas pruebas que ya es imposible negar que había habido una relación entre las empresas que financiaban directamente el partido y la adjudicación de obra pública", ha constatado. También ha pedido al PDeCAT que condene y se desmarque de estos "hechos probados y confesados". Ha avisado de que si este nuevo partido no hace un punto y aparte, "aunque cambien el nombre, serán el mismo".

Al preguntarle sobre la situación del partido en Barcelona, ha constatado que está en un momento de "fragmentación interna y de debilidad", cambiando de nombre y con un concejal, Gerard Ardanuy, que ha decidido dejar el grupo. A su parecer, eso no es bueno para la ciudad porque hace falta una oposición "constructiva, fuerte y que tenga un discurso de ciudad", con la cual se pueda negociar y llegar a acuerdos.