El eurodiputado Javier Nart ha encendido la mecha de la discordia en la cúpula de Ciudadanos tras su maniobra de abandonar el partido pero conservar su acta de eurodiputado. Mientras que el posicionamiento oficial de la formación españolista es que una vez confirmada la baja debe retornar el acta en cumplimiento de la carta ética que firman sus cargos públicos, Luis Garicano, en calidad de jefe de los eurodiputados de Ciudadanos, se ha descolgado de la ortodoxia y ha defendido la jugada de Nart i lo ha protegido.

Así, mientras por una parte la ejecutiva del partido espera que Nart decida renunciar a su escaño “por coherencia” en palabras de Lorena Roldán, pese a no haber formalizado ninguna petición en ese sentido, un alto cargo del mismo partido da pie no solo a que Nart conserve su escaño, sino que, para más inri, permanezca en la delegación europea de Cs aunque ahora figure como independiente.

La discordia entre Garicano y la ejecutiva del partido a cuenta de Nart es pues evidente, y no hace más que echar más leña al fuego en un partido que ha sufrido en los últimos meses bajas de importancia, algunas con escamoteo del cargo incluido, como en el caso del propio Nart.