Ciutadans ha mimado una de sus plazas fuertes, Tarragona, haciendo parada el segundo día de campaña con los pesos pesados de la formación, encabezados por Albert Rivera. Pero sus agrupaciones no han podido corresponder a esta consideración.
En el Palacio de Congresos, que tiene un aforo de 800 personas, se han podido contar unas 400, incluyendo militancia, diputados en el Parlament, candidatos a las elecciones de este 20 de diciembre de todas las circunscripciones y periodistas. De hecho, el cabeza de lista por Tarragona, Sergio del Campo, lo ha remarcado a su discurso de apertura: “Como ves, Albert, las agrupaciones de Tarragona nos hemos implicado al máximo y estamos todos aquí”. En Baleares, en cambio, el partido ha conseguido convocar a 1.400 personas, según la organización.
Antes de empezar el acto, todo el mundo se ha saludado, todo el mundo se conocía. Desde los integrantes de las listas hasta el último militante. Algunos lucían el naranja de Ciutadans llevando camisas, polos, pañuelos y bufandas de este color. Los pocos curiosos que han asistido, una veintena, se han situado al final de todo, en una gradería vacía. En las primeras filas no ha faltado buena parte del grupo parlamentario catalán, varios integrantes de la lista por Barcelona, la de Tarragona y la de Madrid.
Rivera-centrismo
Como es habitual en un mitin con la presencia de Rivera, el acto ha concentrado la atención en su figura. En su entrada ha recibido todos los aplausos, saludos y abrazos, dejando a Joan Carles Girauta, cabeza de lista por Barcelona, y Del Campo totalmente de lado, y los discursos de los dos candidatos han sido brevísimos para dejar la mayor parte del tiempo a Rivera. La misma cartelería de campaña en todas las circunscripciones ignora la imagen de los cabezas de lista en favor del hiperlíder.El fin del “separatismo”
Girauta ha sido el encargado de azotar el independentismo, tildando de “vieja política” Esquerra y Convergència, además de PSOE y PP, por “necesitar constantemente a un enemigo común”, y ha reivindicado Ciutadans como adversario del independentismo y el inmobilismo. Se las ha ingeniado para comparar a Mariano Rajoy con la Assemblea Nacional Catalana, a los cuales ha acusado de querer acabar con Ciutadans, y ha exclamado: “Por primera vez tengo que decir que Artur Mas tiene razón: ¡si gana C's en Catalunya, se acaba el separatismo!"“No entraremos en descalificaciones ni en frentismos”, ha anunciado Girauta, que ha dado paso a un Albert Rivera que ha repartido estopa a diestro y siniestro: al independentismo, al PP, al PSOE, a Podemos. No se han salvado ni los medios estatales de comunicación como El País o Televisión Española, a quienes han acusado abiertamente, con sus periodistas presentes en la sala, de falsear titulares y de estar al servicio del "establishment”.