Ciutadans lo había presentado como una moción a contra el "separatismo". Y aunque lo ha sido, había una intención encubierta, que era atacar a los socialistas.

Carlos Carrizosa ha aprovechado su intervención para acusar al PSC de ser "lamentables" y de "dejar solos a los constitucionalistas y a los demócratas". En Cs irrita todo lo que suene a diálogo entre los gobiernos catalán y español. Consideran inadmisible y "una vergüenza" que Pedro Sánchez se avenga a negociar con el gobierno Torra, a quien señalan como "continuador del golpe contra la democracia".

El texto incluía siete puntos, en los que se manifestaba que los demócratas tienen puestos de trabajo o que los funcionarios catalanes viven en un ambiente de miedo y coacción.

Durante el debate, el portavoz socialista Ferran Pedret ha replicado a Cs que "son tanto o más nacionalistas que aquellos a quienes critican" y ha puesto como ejemplo la concentración que han convocado para este domingo en la Plaza Colón, bajo una inmensa bandera española, de la mano de PP y VOX.

Ahora bien, a pesar de las críticas, los socialistas catalanes han votado a favor de algunos de los puntos, concretamente los que hacían referencia a que los partidos independentistas tienen que cumplir la ley y que la Ley del Referéndum y la de Transitoriedad Jurídica son ilegales y hay que rechazarlas. El PP ha votado a favor de todo.

Caballo de Troya de la extrema derecha

Además de la del PSC, las réplicas de JxCAT, ERC, los comunes y la CUP han sido especialmente ácidas. Ernest Maragall ha reprochado a Cs que sean "el Caballo de Troya de la extrema derecha, porque colaboran activamente en que tengan representación en las instituciones".

Con la misma rotundidad se ha expresado Joan Josep Nuet, quien ha lamentado que "les veo -a Cs- cada vez más cerca del autoritarismo, se sienten absolutamente cómodos en el conflicto".