La falta de apoyo de la CUP al Govern para sacar adelante los presupuestos es la excusa perfecta para que Ciutadans incida en el mensaje de moderación y centralidad. Busca así seducir al votante decepcionado de CDC ante la deriva independentista del gobierno de Puigdemont y la dependencia de la CUP. Este es un elemento nuevo respecto de la campaña del 20-D, cuando todavía no se había constituido el gobierno de Puigdemont.

El primer asalto lo ha hecho este viernes el cabeza de lista de Ciutadans, Joan Carles Girauta, que ha afirmado que CDC está “apestada” después del pacto con la CUP y que el resultado de la suma antinatura de convergentes y cuperos es “un ser aberrante”.

Voto a la basura 

Es la base de un discurso que repetirán durante las próximas dos semanas y que busca convencer a los convergentes moderados y no independentistas de la devaluación de la marca de CDC. El objetivo es convencer a este perfil de votante de que votar a CDC es tirar el voto a la basura porque, después del pacto con la CUP, nadie quiere pactar con ellos. “El PSOE ya ni siquiera quiere la abstención de ERC y CDC, que era la centralidad y apuntalaba a los gobiernos que no tenían mayoría absoluta", ha remarcado.

En contraposición, Girauta ha asegurado que C's es "un partido de gobierno" y "garantiza" que habrá nuevo Ejecutivo español después del 26-J.

70.000 votantes de Unió

El origen de la devaluación de CDC, según Girauta, responde a un pecado original: otorgar carácter plebiscitario a las elecciones del 27-S. La apuesta de los convergentes por la independencia también acabó con la ruptura de la histórica coalición CiU. Ciutadans se marca como reto también pescar los 70.000 votos que acostumbraba a sumar Unió.