Ciudadanos no piensa renunciar a la carta de la regeneración que le ha dado razón de ser como formación y llevará hasta las últimas –o hasta donde le dejen– la voluntad de echar al presidente en funciones, Mariano Rajoy. La cuestión del liderazgo en el Partido Popular (PP) está en el aire desde que los jóvenes vicesecretarios mostraran su incomodidad con los casos de corrupción y estallase el escándalo del exministro José Manuel Soria por los papeles de Panamá. Ante ese escenario, el resultado posterior al 26-J podría ser determinante para los pactos y la permanencia de Rajoy.

No a investir a Rajoy

El partido naranja teme los riesgos que podría comportar un dirigente a quien le han emergido varios escándalos de corrupción en el partido, sin que haya asumido responsabilidades. Rivera aseguró este jueves en Barcelona que no votaría a favor del presidente en funciones en la investidura, ni tampoco le cedería una abstención para que siguiera gobernando. A opinión del político catalán, es Rajoy quien bloquea la posibilidad de regeneración que C's quiere impulsar en España, en conjunción con un acuerdo con PP o PSOE, como ha reclamado los últimos meses. 

Ante dicho veto, la posibilidad de que la operación Menina se ponga en marcha, es decir, el relevo por parte de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ha emergido como opción para un pacto entre populares y C's. Santamaría sería un valor de continuidad para el actual ejecutivo, a fin de garantizar que no se paralizan las políticas de los últimos cuatro años del PP. Así las cosas, Santamaría ha salido del paso en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros afirmando que llevaba con su jefe "la friolera cifra de 16 años" y que sentía su futuro político ligado a él.

Ante la duda, el portavoz de la formación naranja en el Congreso, Juan Carlos Girauta, no ha tardado en reivindicar que su línea roja pasa por cualquier miembro del gabinete presente de Rajoy, incluida la vicepresidenta en funciones. Girauta defiende esta idea, ante la necesidad del nuevo gobierno de alcanzar "credibilidad" entre los ciudadanos. No cierran la puerta a Génova, sino que quieren una renovación de caras y cargos. "Hablaré con el PP pero no con quien cobró de Bárcenas" aseguró Rivera.

Los 'candidatables' de Girauta

El presidente de C's afirma que "es sorprendente" que el PP no le haya contactado todavía para hablar de una posible conformación de gobierno, levantando así la sospecha sobre que esté fraguando un pacto con el PSOE. Dicha estrategia, así como pedir la cabeza de Rajoy, ayuda a la formación naranja a desgastar al PP y atraerse hacia sí el voto de los jóvenes liberales populares y de los jóvenes centristas-socialdemócratas satisfechos con el pacto de El Abrazo.

Rivera no ha puesto nombre al sucesor de Rajoy y ha afirmado que la condición es que no estuviera "manchado de corrupción". Menos ambiguo estuvo en una entrevista de hace unas semanas, indicando que no le desagradaría la posibilidad de que tomara el relevo del partido el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado. Casado es llamado a ser el heredero y la apuesta fuerte del PP, pero él evita posicionarse, como hizo hace unas semanas cuando fue preguntado por El Nacional sobre las palabras de Rivera. 

Otros miembros del partido, como Girauta, sí han detallado nombre y apellidos de aquellos a quienes darían su apoyo. El portavoz ha señalado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, como hipotética candidata. Cifuentes se entiende muy bien con la formación naranja y su líder a nivel personal y profesional, puesto que ella gobierna gracias a un acuerdo de investidura que le facilitó C's. Como el resto de miembros del PP, la madrileña evita pronunciarse y cierra filas detrás de Rajoy.

Las últimas y menos esperadas ofertas de Girauta han sido la ministra de fomento en funciones, Ana Pastor, el ministro de sanidad en funciones, Alfonso Alonso y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Alonso aseguraba en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que no se esperaba la oferta y ha respondido con sorna. "Qué quiere que le diga. Encuentro absurdo que se valore el equipo y no a la persona quien lo lidera" ha explicado sin más comentarios.

A su vez, el propio Feijoó se ha mostrado indignado por las afirmaciones de Girauta, que ha considerado fuera de lugar. "¿Aquel a quien los españoles dan más apoyo es el primero que se tiene que marchar? Eso es lo contrario a la democracia" ha aseverado el gallego, acusando a C's de estrategas. "Es una estrategia donde no picaremos. Los ciudadanos ya la conocen, 'divide y vencerás', pero en este caso, ni dividirán, ni vencerán".

Los pactos postelectorales

Ante las críticas, Rajoy acalla a Rivera, indicando que sus votos sirven "para que ganen otros: PSOE y Podemos". El presidente en funciones ha extremado la ofensiva electoral por 9 provincias donde podría recuperar votos que le roba C's. Si los populares friegan la cifra de 130 diputados que desea su asesor de campaña, Jorge Moragas, podrían legitimar la permanencia del líder, alcanzando más poder de negociación en la elaboración de pactos postelectorales.

Así las cosas, la posición de Rivera también ha basculado en las últimas semanas. Hace unos días aseguró que sólo entraría en un proyecto que les resultara convincente y permitiera luchar contra la corrupción, difuminando sutilmente el veto a Rajoy. Sólo en caso de que el PP empeorase su resultado, la opción de llevarse la cabeza del actual presidente sería una opción que C's podría contemplar.