La operación diálogo recién estrenada entre el independentismo y el gobierno de coalición en España premia a PSOE y comunes y en cambio amortigua el resultado de ERC, JxCat y la CUP en unas elecciones españolas. El Centro de Investigaciones Sociológicas vaticina una victoria del PSC en Catalunya, si hoy hubiera la convocatoria de unos comicios generales. Los de Iceta mejorarían y subirían hasta el 22,5% de los votos, dos puntos más de lo que obtuvieron el 10-N. De este modo, alcanzarían la victoria a los republicanos, que caerían más de 5 puntos porcentuales, del 22,6% al 17,4%.

 

La tendencia a la baja se replicaría en el resto de partidos independentistas catalanes. Junts per Catalunya también se desinflaría 4,5 puntos, del 13,9% al 9,4%. A los de Borràs les pasarían por delante los comunes, que crecerían un punto en relación al 10-N –del 14,2% al 15,2%–. Asimismo, la CUP iría a la baja, con un punto menos, del 6,3% recogido en su primera experiencia en unas elecciones en el Congreso, al 5,4%.

El sondeo se hizo durante los primeros once días de febrero. Por lo tanto, en plena efervescencia de la reanudación de las conversaciones entre el gobierno de la Generalitat y la Moncloa. El estudio se cerró el 11 de febrero y el 6 fue cuando Sánchez y Torra se reunieron en el Palau de la Generalitat. La apuesta para reabrir negociaciones con Catalunya premia –en Catalunya– a los integrantes del gobierno de España. Socialistas y comunes son los dos únicos que mejorarían resultados entre el electorado catalán.

El 2019 fue la primera vez en la historia que una candidatura independentista, la que encabezaba Gabriel Rufián, ganaba unas elecciones generales en Catalunya, primero en abril y después en la repetición electoral de noviembre. Según el CIS, el escenario volvería a la tendencia habitual, que es que estos comicios los liderarían los socialistas.

Además del independentismo, la derecha también sale perjudicada. Perderían votos tanto el PP –del 7,4% al 4,2%–, como Cs –del 5,6% al 3,1%– y VOX –del 6,3% al 2,9%–. Los de Abascal, de hecho, perderían más de la mitad de apoyos. Una tendencia radicalmente opuesta a la del conjunto de España, donde la ultraderecha se expande.