Con el fracaso de la investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, las aguas están intranquilas en Ferraz. La renuncia de Carme Chacón ha obligado a Meritxell Batet a postularse para liderar la lista del PSC. La salida de Irene Lozano también ha acabado de descolocar la lista madrileña, pocas horas del comité federal del PSOE donde se ha modificado el reglamento de primarias para el cabeza de cartel del 26-J. En este escenario, la sombra de la andaluza Susana Díaz sobrevuela un partido debilitado, a quien recuerda que el 20 de diciembre obtuvo “el peor resultado de su historia”.

Primarias para el 26-J

Los plazos son justos para Ferraz. El comité federal ha aprobado este sábado la modificación del reglamento que acortará el proceso de elección de candidato hasta el 14 de mayo. Sánchez es a estas alturas el único capaz de obtener los avales suficientes para ser escogido para representar otra vez al PSOE. El objetivo de Díaz no parece ser tumbarlo en una coyuntura tan arriesgada para el PSOE, como es la repetición electoral. Si hubiera querido, podría haber empezado esta disputa en el último comité federal, donde se decidió aplazar ‘sine die’ la elección del nuevo secretario general socialista.

Entonces se pensó en esperar que pasara la investidura, con el fin de no perjudicar la formación de gobierno en medio del escenario de pactos. Después todo se ha complicado. El proceso de primarias para representar al partido el 26-J podría acabar el mismo día 8 de mayo. Pero no es esta la principal preocupación del líder de Ferraz.

Fuga de las listas

Los retos inmediatos al PSOE pasan ahora por recomponer las listas de cara a la cita electoral. Este sábado la ejecutiva quería ratificar las listas aprobadas en octubre de 2015 para los nuevos comicios, en un momento en que la lista madrileña pierde a su anterior número dos, Meritxell Batet, como consecuencia de la renuncia de Chacón a la candidatura del PSC.

Batet es del núcleo más próximo de Sánchez, y había sido colocada en esta posición por su líder, como una apuesta de promoción para los comicios del 20-D. La confianza que los une ha empujado a la catalana a postularse para liderar la lista del PSC, sin poner en riesgo la formación del primer secretario Miquel Iceta, con una cara menos conocida. Pero en menos de 24 horas también ha sido baja Irene Lozano, un fichaje de Sánchez el 20-D proveniente de UPyD, que ha dejado al PSOE sin las diputadas 2 y 4 de la anterior lista. Las candidaturas del PSOE son de cremallera, es decir, que se intercalan hombres y mujeres, y los sitios vacíos tendrán que ser ocupados por figuras femeninas.

También tendrá que valorar Sánchez la posición del vasco Eduardo Madina, que en las pasadas elecciones concurrió de número 7 por Madrid. El sitio no fue suficiente para entrar en el Congreso de los Diputados, cosa que causó cierto desconcierto entre las bases del partido. Por su parte, Susana Díaz presiona, e insinuaba este viernes que “no se podía prescindir de Madina”, ya que dentro de las filas socialistas no habría tantos activos “con un elevado conocimiento profundo interno y externo” del PSOE. Según su opinión, tendría que ir de número 5.

La jugada de Susana Díaz no deja de ser curiosa. En la última convocatoria para escoger secretario general del PSOE, Díaz se colocó al lado de Sánchez, en detrimento del adversario de éste en aquel momento, que era precisamente Madina. En un escenario de debilidad en Ferraz, ahora la presidenta andaluza presiona, desde la sombra, dando muestras de su presencia.

Díaz en la sombra

Dentro de los "motivos políticos no relevantes" que han empujado Chacón a dimitir, está su falta de creencia en el liderazgo de Pedro Sánchez, como explicaba José Antich a El Nacional. Ella misma aseguró que el primero en conocer la decisión de dejar la candidatura había sido el expresidente José Luís Rodríguez Zapatero. Los siguientes fueron Sánchez e Iceta. Susana Díaz ha indicado que ella supo la baja por la prensa. Pero hay fuentes que afirman que la relación entre la andaluza y la catalana tiene un denominador común en la voluntad de ser la alternativa al actual secretario general socialista.

Durante un mitin del PSOE en las elecciones andaluzas en 2015, la sevillana proclamó que “el único tren que quiero coger es el de Andalucía”. También la desincentivó para rivalizar con Sánchez, el exdirigente Felipe González, quien comentó que si él “fuera Susana, no iría a la secretaría general, ni a las próximas elecciones”. Así las cosas, hay quien piensa que si Sánchez saca un resultado por debajo de los 90 escaños, o el Partido Popular (PP) consigue pactar con Ciudadanos después del 26-J para gobernar, Sánchez tendrá que renunciar a la dirección del partido y ella se postulará formalmente.

Todo eso sobrevuela pocas horas antes del comité federal donde Díaz ha invitado a su partido a "no mirarse el ombligo". "Si todo lo hubiéramos hecho bien, no habríamos sacado el peor resultado de la historia", ha dicho, mientras pedía "autocrítica" en las filas del PSOE. Ella no olvida. Todavía tiene presente aquel mitin en Almería, donde Sánchez le dirigió la frase de “tu en San Telmo y yo en la Moncloa”. Es decir, Susana gobernando Andalucía, y Pedro, España. Precisamente, unas palabras ante las cuales, ella, “la solución andaluza” no escondió su enfado.