Después de años de movilizaciones masivas, las horas previas al referéndum han vuelto a llevar la defensa de la causa independentista a la calle y a cada uno de los colegios electorales. El reto es garantizar que los centros estén abiertos a las nueve de la mañana para conseguir sacar adelante la votación. La orden del TSJC es impedir la apertura y con este objetivo se enviará fuerzas policiales. El momento clave se sitúa entre las cinco y las nueve de la mañana. Mientras tanto el mundo observa y el referéndum ya ha conseguido protagonizar las portadas y los informativos de los principales medios de comunicación del planeta.

Las velas de padres y alumnos que han ocupado sus colegios empezaron ya el viernes por la noche. A estos se ha añadido a lo largo del sábado todo tipo de actividades lúdicas y conciertos en centros de toda Catalunya. Algunos se han presentado con tiendas de campaña, muchos con sacos de dormir, preparados para pasar la noche. El objetivo es blindar las urnas.

A través de las redes, se ha hecho llamamientos a reforzar aquellos puntos donde faltaba gente o se ha informado de los que recibían visitas de agentes de la policía. Los Mossos se han acercado a algunos de los centros para advertir que el domingo, a las seis de la mañana, tendrían que desalojar. En cualquier caso, a lo largo de la jornada no se ha registrado ningún incidente. El movimiento Escoles Obertes informa constantemente de la situación a cada uno de los puntos de votación.

Rueda de prensa a las ocho de la mañana

La hora de apertura de los colegios electorales se sitúa, por lo tanto, como el momento clave. Será el primer gran reto que tendrá que superar el referéndum. De hecho, el Govern ha adelantado la rueda de prensa que tiene prevista el conseller de Exteriors, Raül Romeva, y el de Presidència, Jordi Turull, y que se había convocado para las diez de la mañana en el centro internacional de prensa organizado en la sede de Mediapro. El primer contacto con los medios se hará a las ocho, una hora antes de la apertura de los colegios, y dos horas después de la fijada por los Mossos para desalojarlos. Será, posiblemente, la rueda de prensa más importando de la jornada, el primer indicador sobre el éxito o el fracaso de la convocatoria.

Todo el mundo es consciente de ellos. En las horas de calma tensa que están precediendo este momento, el ministerio de Interior ha hecho saber su irritación por la ocupación de las escuelas. Interior denuncia que serán niños y personas mayores los que encontrarán los agentes de la policía cuando se presenten a desalojar los edificios. En una nota de prensa publicada a las ocho de la noche, el ministerio acusa a los independentistas de "estar utilizando tanto a menores de edad como a ancianos con la única finalidad de intentar impedir una posible actuación policial". "La utilización de personas vulnerables demuestra la irresponsabilidad tanto de los dirigentes de la Generalitat como de las organizaciones a favor de la independencia", acusan.

Ocupación del CTTI

Los ocupaciones, sin embargo, no afectan sólo a los colegios electorales. A las diez de la mañana de este sábado, dieciséis agente de la Guardia Civil se han presentado en el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalitat.

Después de la intervención policial, el portavoz del Gobierno español, Iñigo Méndez de Vigo, ha asegurado desde la Moncloa que esta actuación pone de manifiesto que el referéndum está "anulado por el estado de derecho" y que el objetivo era evitar el voto telemático y el recuento de votos. Los agentes han llegado vestidos de paisano pero a última hora de la tarde se han sumado miembros de la Guardia Civil uniformados y con vehículos logotipados. La voluntad es mantener su presencia hasta el martes. Impedir el recuento hasta el último momento.

El conseller de Presidència, Jordi Turull, se ha encargado de responder a este movimiento negando desde el palacio de la Generalitat que tenga ningún efecto sobre las votaciones. Ha advertido, sin embargo, que se trata de una acción "desproporcionada" por parte del Estado y que el bloqueo informático perjudicará a los ciudadanos.

Referéndum vinculante

Las espadas continúan en alto. El president, Carles Puigdemont, ha asegurado en una entrevista en el Frankfurter Allgemeine que el referéndum será vinculante. "En caso de que gane el sí, organizaré la transición hacia la futura República de Catalunya como presidente", ha asegurado el jefe del ejecutivo.

En la Moncloa se ha convocado a lo largo de todo el fin de semana un gabinete de crisis para responder a cualquier movimiento. En el entorno monclovita se ha hecho correr el rumor de que el Govern estaba a punto de anunciar un nuevo sistema de votación. Pero el Govern no ha dicho nada. De hecho, el president ha pasado pasó el día con la familia y ha asistido a la boda de un amigo. El vicepresident, Oriol Junqueras, ha acudido a Montserrat.

Para el independentismo la del sábado ha sido una jornada de reflexión, a pesar de ser la más atípica que se recuerda. El acto masivo del viernes marcó el punto y final de la campaña. El unionismo, sin embargo, se ha mantenido muy activo con una manifestación en la plaza Sant Jaume, donde se ha descolgado y se ha intentado quemar una inmensa pancarta de Òmnium, y se ha intentado descolgar la del Ayuntamiento con el lema Más Democracia. Puigdemont ha utilizado esta imagen para uno de sus tuits.

Las manifestaciones, de apoyo o en contra del referéndum, se han registrado también fuera de Catalunya. En Madrid, hubo una concentración ante el Ayuntamiento donde incluso se escuchó el Cara al Sol.

La previsión para este domingo es que el president votará en las 9,30 de la mañana en el Pabellón Polideportivo Municipal de Sant Julià de Ramis. Posteriormente, seguirá la jornada desde el palacio de la Generalitat. El vicepresident lo hará, media hora más tarde, en Sant Vicenç dels Horts.

Mientras tanto, el mundo observa con atención. Lo que pase a Catalunya puede tener muchas consecuencias. La fuerza de la gente de la calle frente a la oposición de un Estado que no ha dudado en poner en marcha todos los instrumentos a su alcance para frenarla. Quizás por esta razón, la primera imagen de un colegio electoral a punto, con urnas y papeletas, lo ha publicado el corresponsal del New York Times.