El ataque al valenciano del Ayuntamiento de Alicante, del PP, que aprobó el jueves pasado una declaración de Vox para pedir que se incluya la ciudad en la zona de predominio lingüístico del castellano, es la enésima cruzada contra la lengua. Este ha sido el último intento por parte de una institución de querer arrinconar el catalán en favor del castellano. Durante las últimas semanas, varias administraciones, sobre todo del País Valencià y las Illes Balears, y partidos políticos, con el PP y Vox como protagonistas, han disparado contra el catalán: desde querer incluir una ciudad históricamente en de habla valenciana en la zona de predominio lingüístico del castellano, hasta el boicot de la oficialidad del catalán en Europa. Estos son algunos de los ataques que ha sufrido el catalán últimamente.

Alicante, el último ataque a la lengua

La declaración institucional, defendida al pleno por la portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Alicante, Carmen Robledillo, se aprobó con la mayoría de 17 concejales que suman PP y VOX y el rechazo de los concejales del PSPV-PSOE y Compromís. Así, el gobierno alicantino del PP, con la ayuda de la extrema derecha, buscan que la ciudad pase a ser territorio de predominio castellano a la Ley de Uso y Enseñanza, con el argumento que "la realidad social" es que el 85% de los habitantes de Alicante son castellanohablantes. Ahora el consistorio tiene que trasladar la decisión a las Corts Valencianes.

Desde la Plataforma Alacant pel Valencià se han opuesto a esta declaración y el síndico de Compromís en las Corts Valencianes, Joan Baldo, avisó de que "queremos seguir hablando valenciano en Alicante". También el concejal socialista Miguel Castelló lamentó la "tirria y odio" al valenciano de los partidos de la derecha y la concejala de Compromiso Sara Llobell señalaba que la iniciativa ignora "la situación cultural, social y educativa".

PP y Vox se confabulan contra el catalán en las Balears

Más allá de la declaración de intenciones del gobierno de Alicante, a finales de mayo también el PP y Vox se confabularon contra el catalán. En aquel caso, la presidenta del gobierno de las Islas Baleares, la popular Marga Prohens, anunció un acuerdo con la extrema derecha para aprobar los presupuestos del 2025, que incluía convertir el castellano en lengua vehicular en las escuelas, entre otras cuestiones como derogar la ley de memoria histórica, la negativa a acoger menores migrantes de otros territorios o la oposición al Pacto Verde Europeo. Eran las exigencias de Vox a cambio de su apoyo.

Eso implica que la ley de Educación se reformará para que el castellano sea lengua vehicular "para garantizar el conocimiento del español en el sistema educativo". La reforma de esta ley significa, por ejemplo, que los alumnos recién llegados en las Baleares no se tendrán que examinar de catalán en cuatro años. Según el acuerdo, el catalán no desaparecerá, pero tendrá el mismo estatus que el castellano y el gobierno asegura que facilitará a las familias que puedan escoger. Sin embargo, los docentes de las Balears ya han manifestado su disconformidad con el acuerdo, el cual han descrito como el "pacto de la vergüenza". Desde las escuelas denuncian la deriva autoritaria y lingüísticamente regresiva del gobierno del PP y defienden una escuela pública, democrática y en catalán.

Ayuso se enfada con el catalán

Otra de las que ha abanderado estos ataques al catalán ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien cumplió la amenaza de abandonar la Conferencia de Presidentes si alguien hablaba otra lengua que no fuera castellano. Cuando el lehendakari vasco, Imanol Pradales, anunciaba que haría su intervención en euskera y en catalán, la presidenta madrileña se levantó y se marchó de la reunión. La rabieta de Ayuso fue seguida de una oleada de reacciones tanto a favor como en contra. Incluso, otros presidentes de su mismo partido se desmarcaron de la decisión de la presidenta madrileña.

Boicot en Europa por el catalán

Los ataques al catalán, sin embargo, no acaban en las fronteras de los Países Catalanes, ni del Estado español. El mayo pasado, el líder PP, Alberto Núñez Feijóo, llegó a contactar y hacer varias llamadas a capitales europeas gobernadas por los populares europeos para boicotear la oficialidad del catalán, el gallego y el vasco al Consejo de Asuntos Generales de la UE. Una votación que quedó pospuesta ante la falta de unanimidad entre los 27 Estados miembros. Aproximadamente una decena de países pidieron más tiempo al gobierno español al ver este debate demasiado prematuro. "Si ha habido llamadas está porque también hay en sentido contrario", dijo el secretario general del PP catalán, Santi Rodríguez.

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