Los casales catalanes en el exterior, que han empezado en 2018 sin la partida de un millón de euros que esperaban, avisan de las consecuencias de alargar en el tiempo la falta de subvenciones. El vicepresidente del Casal de Bruselas, Albert Sesé, asegura en declaraciones a la ACN que si la situación se prolonga tendrán dificultades "importantes" para llevar a cabo las actividades básicas.

Aunque "no les ha venido de nuevo" la noticia, que admite que ya se temían desde la intervención de las finanzas de la Generalitat por parte del Gobierno español y el 155, sí lo han encajado "con mucha pena". Además, niega que las actividades que se realizan sean de apoyo al proceso independentista y defiende que el Casal tiene "desde sus comienzos" una vocación "apolítica".

Sesé recuerda también que en el caso de Bruselas ya existen otras entidades "de perfil marcadamente soberanista". Desde la Federació Internacional d'Entidats Catalanes (FIEC), su secretario general, Toni Montserrat, argumenta que en el exterior ya existen antenas de a ANC o los Comitès de Defensa de la República (CDR) y que son estos colectivos los que hacen "trabajo de apoyo al procés".

Algutinar a los catalanes

Para el secretario general de la FIEC los "problemas" empezaron con la aplicación del 155. "En un momento determinado concluyen que una parte de las actividades que están haciendo las comunidades catalanas en el exterior se pueden considerar como apoyo al proceso [independentista]", asegura. De acuerdo con esta premisa, explica, se pide que los consulados españoles de los diferentes países contacten a las entidades para pedirles información sobre las actividades que se realizan.

"A principios de diciembre Exteriors dice que quizás podremos sacarlo adelante", comenta. Sin embargo, afirma que más tarde se fijan en actos como una cena organizada con Jordi Sànchez por los catalanes en Londres o un acto del centro catalán de Luxemburgo con la cupera Anna Gabriel. Montserrat, que es miembro del centro luxemburgués, justifica que la CUP no pudo acudir el año anterior, 2016, a un ciclo organizado por el centro en el que sí participaron políticos del PP, Cs y Catalunya Sí que es Pot, entre otros, y que por eso Gabriel fue en 2017.

Según Sesé, la intención de los casales es "aglutinar a todos los catalanes que viven en el extranjero y dar un paraguas social y cultural". "No somos nosotros quién tenemos que jugar este rol [político] y solo hay que ver la hoja de actividades anual que presentamos para no encontrar rastro de este tipo de actividad", añade.