Representantes del movimiento independentista de varios ámbitos han hecho llegar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, una carta abierta donde le piden que el Govern se vuelva a unir al pueblo. Los firmantes reconocen que al presidente le ha tocado gobernar en un momento en que la veda contra los dirigentes soberanistas está abierta.

"Un tiempo en que un presidente de la Generalitat es tratado como un enemigo, como un delincuente, si reclama derechos y obedece mandatos democráticos", dicen. "Un tiempo en que la jefa de la oposición al Parlamento acaba de cometer la indecencia de asociar el pacífico y cívico movimiento independentista con un atentado de ETA", han indicado en relación a la disputa de este jueves en el Parlamento.

Los promotores de la carta son Josep Maria Terricabras, Jaume Soler i Pastells y Toni Strubell, a los cuales se les ha añadido las siguientes personas: Toni Albà, Ramon Cotarelo, Jordi Pesarrodona, Toni Albà, José María Clavero i Subías, Agustí Colomines i Companys, Marcel Dalmau i Brunet, Henry Ettinghausen, Ramon Font i Terrades, Josep Guia, Enric Majó, Sergi Mateu, Joan Planas i Casadevall, Miquel Riera, Carme Sansa i Albert, Josep Maria Solé i Sabaté, Xavier Soto Garcia, Albert Velasco Gonzàlez, Florència Ventura Monteys, Patrícia Vila Armangué... hasta més de 100 nombres.

Carta al MHP Quim Torra

Presidente, os ha tocado presidir la Generalitat en un momento difícil. Visto desde fuera, muchos podrían imaginar que —entrado el siglo XXI— un 131.º presidente de un país europeo próspero hubiera podido empezar a gobernar con placidez y respeto. Pero a usted, presidente, no os concedieron ni los cien días de gracia protocolarios. Al contrario, tuvisteis que asumir el cargo con el fuego cruzado de los que —de fuera y de dentro— querían obviar vuestra trayectoria como hombre de país, divulgador de valores democráticos y persona dispuesta a hacer sacrificios como pocos.

Vivimos en un tiempo en que la veda contra los dirigentes soberanistas está abierta. Un tiempo en que un presidente de la Generalitat es tratado como un enemigo, como un delincuente, si reclama derechos y obedece mandatos democráticos. Un tiempo en que la jefa de la oposición en el Parlamento acaba de cometer la indecencia de asociar el pacífico y cívico movimiento independentista con un atentado de ETA. Un tiempo en que todo vale para intentar desprestigiar a los que quieren poner el futuro del país en manos de la decisión democrática de sus habitantes, como defiende la ONU. Os han atacado despiadadamente los que, saltándose la lealtad institucional, no han dudado a ponerse a las órdenes de ministros del PP asociados con las más oscuras operaciones de las cloacas de Estado. Es lo que han hecho también los que han tenido la cobardía de trasladar las sedes de sus empresas fuera del país a las órdenes de un sistema corrupto y catalanófobo y en beneficio de un régimen que tiene la osadía de autoproclamarse "estado de derecho constitucional".

Os ha tocado, Presidente, dirigir nuestro país con las manos atadas, con un sistema judicial regido por una cúpula prevaricadora que no opera con criterios de justicia sino con parcialidad y un claro ánimo de imposición colonial. En definitiva, sin ningún principio más jurídico que los que benefician a la casta dirigente española. Habéis tenido que presidir un país contra un gobierno provisional que se autoproclama de izquierdas pero que no ha tenido ningún inconveniente a la hora de proseguir con la vergonzosa persecución penal del procés que empezaron M. Rajoy y Felipe de Borbón. Una "izquierda" que, saltándose su propia ley de la Memoria, ha prorrogado los ducados concedidos a las familias de Franco i Primo de Rivera a la vez que los funcionarios de un ministerio depuran la Wikipedia para lavarle la cara a la dictadura brutal que fue el franquismo. Os habéis tenido que enfrentar a un Estado hooligan que es heredero de los que fusilaron a un precursor vuestro —el MH Presidente Lluís Companys i Jover— hecho para el cual ni siquiera ha pedido perdón. Un Estado donde incluso el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha llegado a decir que daría apoyo a Sánchez a la hora de aplicar el 155.

Presidente, sabemos que vuestros conocimientos de la historia de este país os hacen plenamente consciente de la grave situación que sufrimos como sociedad europea avanzada. Fuera de Ucrania, no hay ningún país más de Europa donde se sufra el grado de hostigamiento —judicial, policial, económico, lingüístico, competencial, fiscal, represor— que sufrimos los catalanes. La actitud que habéis mostrado ante estas agresiones la consideramos valerosa y coherente. Os habéis sabido situar a la misma altura de honorabilidad que nueve de los últimos diez expresidentes inmediatos, presidentes que sufrieron prisión, exilio, suspensión, multas, descalificaciones y/o otras persecuciones en manos de un estado nunca arrepentido e incapaz de aprender de la historia y reflexionar. Todo dibuja un historial represivo que, si se hubiera producido en un estado democrático normal, habría servido seguro como gran revulsivo para la autocrítica. Pero no en esta España actual que el lúcido cineasta Alejandro Amenabar acaba de definir como "ideada" por Franco. Un Estado donde el fanatismo nacionalista y amoral —plenamente apoderado por una prensa incalificable, afinamientos judiciales, montajes policiales y una cautivadora tolerancia con el pasado franquista— bloquean todo paso adelante hacia el diálogo y las soluciones democráticas.

Las instituciones catalanas que presidís viven horas bajas. Pero no por ninguna falta de compromiso propio sino porque el apolillado Régimen del 78 se empeña en rebatir el poder y los derechos colectivos e individuales duramente ganados a lo largo de los siglos. Bloquean con abusivas jugadas judiciales las leyes catalanas de progreso dando pie a la cínica pinza de los quién, desde una izquierda a quién el mercenario político Manuel Valls ha asegurado su único lugar de poder significativo, os acusan de falta de efectividad.

A pesar de todas las dificultades, como presidente habéis sabido encontrar un camino entre el espíritu de lealtad a la República declarada y la necesidad de preservar el autogobierno mientras vamos creando las condiciones para hacerla efectiva. En este aspecto tenemos que expresar que sería un grave error utilizar el cuerpo de los Mossos para reprimir con violencia las legítimas acciones de protesta de nuestro pueblo contra una sentencia que será —ya lo sabemos— inacatable para cualquier demócrata. Asimismo condenamos la execrable exhibición mediática de gas pimienta y de otros materiales represivos, expresamente mostrados por responsables de los Mossos con una vil finalidad intimidatoria que hay que cortar de raíz.

Nos fiamos del compromiso que expresáis con la desobediencia civil por el valor que habéis mostrado últimamente negándoos a renunciar al derecho de expresión. Os animamos a fortalecer vuestro gobierno y a profundizar el perfil efectivo y republicano en un tiempo en qué un alto porcentaje de catalanes, y de ciudadanos del conjunto de los Països Catalans y del resto del Estado español, rechazamos la sentencia, la monarquía y la aplicación del 155.

Presidente, en el camino hacia la consolidación de la República Catalana independiente, en todo momento hay que actuar con la gran fuerza que nos otorga el Informe del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, un documento inequívoco y devastador en su condena del comportamiento del muy parcial y politizado sistema judicial español, a quien exige liberar e indemnizar a los presos políticos inmediatamente. El futuro será nuestro si de nuevo el gobierno sabe unirse al pueblo en una unidad estratégica que nos hará imparables. Es el paso imprescindible si efectivamente queremos poner la libertad delante de todo. En este sentido, estamos convencidos de que en este momento determinante del procés tendrá un papel relevante como corresponde a vuestra militancia independentista y a la responsabilidad de vuestro cargo.